Taipéi (EFE).- Taiwán ultima los preparativos de las maniobras Han Kuang, unos ejercicios militares a gran escala que este año incluirán simulacros de combate “sin guion” y actividades nocturnas, en medio de la creciente amenaza de China, que ha incrementado su presión militar sobre la isla en los últimos meses.
Estos juegos de guerra, que se extenderán del 22 al 26 de julio, tendrán lugar tanto en la isla principal de Taiwán como en sus archipiélagos periféricos, y en ellos participarán las tres ramas principales de las Fuerzas Armadas.
Las maniobras se desarrollarán en un contexto de tensión entre Taipéi y Pekín: el Gobierno chino considera al nuevo presidente taiwanés, William Lai (Lai Ching-te), como un “secesionista” y un “alborotador”, y lejos de retomar el diálogo oficial con las autoridades isleñas -suspendido desde 2016-, ha elevado el tono de sus amenazas contra Taiwán.
Los ejercicios militares Han Kuang se celebran anualmente desde 1984 para probar la capacidad de respuesta de las tropas taiwanesas ante una eventual invasión de China, cuyos líderes consideran a este territorio -autogobernado desde 1949- como una “provincia rebelde”.
Las maniobras de este año se llevarán a cabo en lugares estratégicos, seleccionados principalmente por su proximidad a infraestructuras clave, como son el aeropuerto internacional de Taoyuan y el aeropuerto de Taipéi, el estuario del río Tamsui, el puerto de Tainan o la terminal de gas natural licuado de Yong’an.
Asimismo, el Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán organizará, del 22 al 25 de julio, los ejercicios anuales de defensa aérea Wan An, en los que las ciudades y condados de la isla se paralizarán durante treinta minutos para simular un ataque aéreo de China.
En el caso de Taipéi, las sirenas sonarán a las 13:30 (05:30 GMT) del 23 de julio, y vendrán acompañadas por un mensaje de texto en mandarín e inglés alertando a la población de que “busque refugio de inmediato”: en esa media hora, todos los autobuses, trenes, estaciones de tránsito y estaciones de metro de la capital deberán suspender temporalmente sus servicios o indicar a los pasajeros cómo llegar al refugio más cercano.
La principal novedad de las maniobras Han Kuang es que ya no habrá ejercicios con fuego real en la isla principal de Taiwán: el nuevo ministro de Defensa, Wellington Koo, anunció el mes pasado que suspendería la mayoría de actividades que se realizan “solamente con fines de exhibición o demostración”, optando por centrar la atención de los oficiales y soldados en escenarios de combate más realistas.
Las tropas participarán en ejercicios “ininterrumpidos” de día y de noche, en los que no contarán con un guion preestablecido sobre las acciones o movimientos del enemigo: el ataque simulado podría ocurrir a cualquier hora y en cualquier lugar, por lo que tendrán que ingeniárselas con las armas que tengan disponibles al momento de la agresión.
En esta misma línea, los oficiales y soldados tendrán que lidiar por primera vez con una estructura de comando “descentralizada”, con actividades que supervisarán su capacidad de toma de decisiones frente a la pérdida de comunicación con el comando central del Ejército, algo que podría ocurrir durante una guerra.
Los combatientes también recibirán una tarjeta con las nuevas reglas de enfrentamiento (ROE) que explican bajo qué circunstancias están autorizados a utilizar sus armas, al tiempo que ofrecen orientación sobre cómo deberían actuar en medio de un conflicto.
El Ejército taiwanés adoptó estas reglas de enfrentamiento en 2017, aunque optó por actualizarlas en 2023 debido a las incursiones cada vez más frecuentes de aeronaves de guerra chinas en la autoproclamada Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa.
Las novedades de estos ejercicios Han Kuang responden a la creciente hostilidad de China en el Estrecho de Taiwán: desde la toma de posesión de William Lai el pasado 20 de mayo, el Gobierno taiwanés ha detectado la presencia de 1.129 aeronaves chinas operando en los alrededores de la isla, entre ellas cazas, bombarderos, drones y helicópteros de combate.
El nuevo presidente taiwanés ha ofrecido diálogo a China en varias ocasiones, sobre la base de que la República Popular China y la República de China (nombre oficial de Taiwán) “no están subordinadas entre sí”; un planteamiento rechazado de forma rotunda por Pekín, que insiste en que la “reunificación” entre el continente y la isla es una “tendencia histórica imparable”. EFE
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