La elección de Trump requiere que tanto Rusia y China como la U. E., México y Ecuador pasen revisión a cómo los afectará el nuevo gobierno en Washington.
No es un relevo cualquiera. No es una réplica de su periodo 2016 – 2020. En aquella ocasión incluso perdió el voto popular (aunque ganó en el número de delegados). Esta vez ganó contundentemente, triunfando en todos los estados en que tradicionalmente la disputa es cerrada. Capta el control de las dos cámaras del Congreso, y goza de mayoría afín en la Corte Suprema. Se estima será el presidente que acumula más poder desde Franklin Roosevelt hace 80 años.
Trump es contrario a las políticas de Estado mantenidas con leves cambios de matiz por gobiernos republicanos y demócratas. Ahora, a diferencia de 2016, tiene el pleno control del partido republicano y gobernará con cuadros de su movimiento MAGA (haremos que EE. UU. sea grande nuevamente), por lo que no enfrentará resistencias dentro de su gobierno y partido. Pero hay discrepancias dentro de sus seguidores sobre cómo lograr los objetivos de MAGA, por lo que no se ha dicho cuán radicales serán sus políticas públicas.
El estilo de Trump es transaccional: las decisiones se toman individualmente por sus propios méritos y según la relación personal con las personas involucradas. Las buenas relaciones personales son de mayor trascendencia que con otros presidentes. De ahí el gran éxito que tuvo Lenín Moreno, que acertó asignando a Ivonne Baki en Washington. Tener un embajador que pueda llevarse bien con Trump y su equipo es crucial.
También los nexos que pueda establecer el presidente Noboa. La suerte de DNA es que su padrino de bautizo, Robert Kennedy hijo, será el ministro de Salud y Servicios Humanos. Un aliado en el gabinete. A juzgar por sus declaraciones, entre las políticas que seguiría Trump están:
Deportación masiva. Es de anticipar que el número de ecuatorianos deportados se incremente de manera muy fuerte, causando problemas a nuestra economía estancada que no ofrece muchas oportunidades de reinserción. Hay que prepararse.
A Trump le preocupa la irrupción de China en América Latina. Los países latinoamericanos buscan estar bien con los dos, y esto va a requerir dotes de equilibrista.
Muy fuerte incremento de aranceles, caso por caso, por lo que el cabildeo en Washington es fundamental. Ya hay legisladores que piden que se investigue si el BID o Banco Mundial financian proyectos que inciden en la mayor competitividad del camarón ecuatoriano. La efectiva comercialización ecuatoriana beneficia al consumidor estadounidense con precios más bajos, para la consternación de la ineficiente flota camaronera del golfo de México.
El alza de los aranceles de EE. UU. se estima que llevaría a la apreciación del dólar, complicando a los exportadores ecuatorianos.
Hay más. Pero por ahora basta.
Texto original de El Universo
https://www.eluniverso.com/opinion/columnistas/ecuador-y-trump-nota/
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