La ministra de Inclusión Económica y Social (Mies) de Ecuador, Zaida Rovira, aseguró que la autonomía financiera de las mujeres es clave para que éstas puedan huir de entornos en los que sufren violencia de género.
“Las mujeres que no tienen la posibilidad de tener ingresos van a estar sometidas a la violencia que puedan encontrar en sus hogares, donde no les quede más que aguantar, y más si tienen hijos”, aseveró Rovira en una entrevista con EFE, en Quito.
“Las mujeres que no trabajan son dependientes del padre o del esposo, lo que implica una total limitación de su desarrollo, de su toma de decisiones, y el sometimiento respecto a quien les da de comer”, agregó.
Es por ello que la titular de la cartera de Inclusión Económica y Social explicó que la integración económica femenina es una de las principales líneas de trabajo de esta cartera.
Con el objetivo de atajar esta realidad, Rovira anotó que desde que ocupa su cargo el 94 % de las personas que han accedido en el país al Crédito de Desarrollo Humano (ayuda económica destinada a impulsar emprendimientos) son mujeres en pobreza o extrema pobreza. En total 23.989 ciudadanas se han visto beneficiadas, según la ministra.
Rovira apuntó que estos créditos buscan que las beneficiarias “sean económicamente autónomas, que tengan su negocio y puedan transitar, como mínimo, de la extrema pobreza a la pobreza”.
La ministra precisó que cuando se refiere a políticas públicas dirigidas a mujeres no alude a “una minoría que requiere de una asistencia especial del Estado, sino de que se garanticen sus derechos”.
En este sentido, Rovira celebró que, con el paso de los años, más allá de la violencia física y sexual, también se hayan reconocido y tipificado otras vulneraciones de derechos contra las mujeres, como la violencia patrimonial, la cual se da cuando la pareja limita la libertad financiera de la víctima.
No obstante, la titular del Ministerio de Inclusión Económica y Social reconoció que aún quedan muchos desafíos que encarar para avanzar en la integración económica y social de las ecuatorianas, ya que si bien las transferencias monetarias existen desde hace casi 30 años, no se ha visto “una reducción de la pobreza y pobreza extrema considerable”, expuso.
Asimismo, denunció que, en parte, esta situación se debe a que durante décadas las personas beneficiarias de estas ayudas no han tenido que “demostrar en qué utilizaron ese dinero para mejorar sus condiciones de vida”, por lo que los bonos se han convertido en un “objeto electoral” y “en clientelismo”, sentenció.
Con el propósito de acabar con esta dinámica, Rovira explicó que, en el caso del Crédito de Desarrollo Humano, antes de recibir esta ayuda, sí se solicita un proyecto de los emprendimientos que se desean poner en marcha.
Asimismo, se capacita a las beneficiarias en materia financiera porque otro de los desafíos que han identificado desde el Mies es que “apenas se les entrega el dinero y hacen sus primeras ventas, cogen el capital para todo el gasto operativo e incluso para su casa”, lo que deriva en que el emprendimiento fracase rápido, alertó Rovira.
Por último, la ministra evidenció que aunque se ha avanzado mucho en la integración económica femenina, aún queda camino por recorrer, por lo que aseguró que seguirán trabajando en esta línea para cerrar las brechas sociales. EFE
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