Ecuador se ha convertido en un punto clave en la ruta migratoria de ciudadanos chinos hacia Estados Unidos. La política de exención de visa facilita la entrada de estos migrantes al país. Desde allí, los chinos inician su peligroso viaje a través de Colombia, en la frontera norte del Ecuador, pasando por la Selva del Darién. La represión política y las difíciles condiciones económicas en China han provocado que solo en el 2023, 50.000 migrantes chinos ingresaran a Ecuador. De estos, la mitad abandonó el país.
El trayecto para huir del régimen chino, liderado por Xi Jinping, puede durar meses. Quienes se atreven a dejar el país deben cruzar el continente. La travesía puede costar miles de dólares. Muchos optan por volar a Estambul, en Turquía, o Addis Abeba, en Etiopía, para luego dirigirse a Ecuador, uno de los escasos países latinoamericanos que permite la entrada sin visa a ciudadanos chinos. El peligroso y tenso viaje hasta llegar a Estados Unidos se atraviesa principalmente por tierra.
En un artículo del periódico The Guardian se narra la arriesgada y desesperada travesía de Xu y otros ciudadanos chinos que emigran hacia Estados Unidos a través del Tapón del Darién, una selva entre Colombia y Panamá considerada como uno de los tramos más peligrosos que atraviesan, principalmente migrantes venezolanos, haitianos y ecuatorianos, aunque últimamente el número de viajeros chinos ha aumentado, según reportes de la autoridad panameña. Los migrantes escapan de China, principalmente, por la represión política. Las dificultades del viaje, incluyendo condiciones peligrosas y el riesgo de violencia, son una opción para quienes buscan oportunidades lejos del régimen.
Como reportó Infobae, los migrantes que buscan llegar de manera irregular a los Estados Unidos y que parten desde Ecuador, se desplazan en autobús hacia Colombia y luego a Necoclí, en la frontera norte colombiana, con la intención final de atravesar el Tapón del Darién. Desde ahí atravesarán al menos seis países antes de llegar a la frontera sur estadounidense.
Un informe del Wilson Center menciona un cambio importante en las rutas de inmigración de ciudadanos chinos hacia Estados Unidos. Históricamente, los chinos solían ingresar al país norteamericano a través de programas educativos o visas de trabajo H1-B. Sin embargo, cada vez más ciudadanos chinos están llegando a Estados Unidos cruzando la frontera sur y solicitando asilo político debido al temor al gobierno autoritario de Xi Jinping. Según el documento, se cree que las restricciones en la emisión de visas durante la pandemia han dificultado obtener visas laborales y turísticas, lo que ha generado un aumento en la migración a través del límite sur.
Las dificultades económicas en China, como el bajo crecimiento del PIB y la alta tasa de desempleo juvenil, también impulsan este flujo migratorio. Al llegar a Estados Unidos, muchos migrantes chinos buscan asilo y se integran en comunidades chinas ya establecidas, donde encuentran respaldo y recursos. A pesar de las opiniones mixtas dentro de estas comunidades preexistentes, la tasa de aprobación de solicitudes de asilo para ciudadanos chinos es bastante elevada.
Durante los primeros nueve meses del 2023, se reportaron 22.187 detenciones de ciudadanos chinos cruzando la frontera desde México, una cifra notablemente superior a años anteriores. Los migrantes, a menudo procedentes de la clase media, invierten grandes cantidades de dinero en sus viajes, utilizando las redes sociales, especialmente TikTok, para planificar y llevar a cabo sus rutas.
Los migrantes que llegan desde China a Ecuador optan por establecer negocios en el país o contratar traficantes de personas que los conducen hacia Estados Unidos. En TikTok, como reportó Infobae, los coyotes ofertan “viajes seguros” por tierra. Los registros sobre la entrada y salida de ciudadanos chinos en Ecuador son una prueba evidente de esto. Según datos de la Cancillería reportados por Código Vidrio, entre los años 2013 y 2023 se concedieron aproximadamente 57.000 visas ecuatorianas para residencia o empleo a ciudadanos chinos.
El reporte del Wilson Center indica que aunque la llegada de migrantes puede estimular la economía local a través del gasto, también plantea desafíos en cuanto a seguridad y servicios públicos. En este escenario, la colaboración internacional se vuelve fundamental para gestionar de forma efectiva y humanitaria los flujos migratorios, lo que implica la necesidad de políticas migratorias concertadas y un fortalecimiento de la seguridad fronteriza adaptándose a la influencia de las redes sociales en la planificación y ejecución de estos movimientos poblacionales en la era digital. Sobre esto último, el informe señala que: “Si bien las redes sociales pueden ayudar a proporcionar a los migrantes información valiosa sobre el viaje, también pueden transmitir una imagen inexacta de los peligros que enfrentarán”.
En un reportaje publicado por Aljazeera se indica que existen rutas VIP, a través de la selva del Darién, guiadas por el Clan del Golfo, un cartel colombiano dedicado al narcotráfico. Esto les permite realizar un viaje más rápido y menos agotador aunque con precios más elevados. Según las plataformas Insight Crime y Open Democracy, en el Darién operan del lado colombiano el Clan del Golfo –también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia– y del lado panameño “pequeñas bandas delictivas que han sometido a los migrantes a un régimen de asaltos y violencia”. Estas organizaciones criminales controlan las redes de tráfico de personas, las amenazan, explotan, las asaltan o las utilizan como transportadores de droga.
La plataforma especializada en seguridad ha estimado que “los migrantes pagaban hasta USD 440 por ser transportados desde Necoclí, un municipio ubicado en el golfo de Urabá, hasta Carreto, una localidad panameña al otro lado de la frontera. En otros casos, los migrantes pagaban entre USD 310 a USD 350 por llegar desde Necoclí hasta Acandí o Capurganá, en Chocó, cerca de la frontera con Panamá”. El Clan del Golfo reclama el 20% de impuesto a los guías y comunidades que conducen a los migrantes a través del Darién. La estimación es que los miembros de esta organización reciben USD 125 por cada migrante. De ser correcto ese cálculo, anualmente el Clan del Golfo obtiene USD 57 millones.
A pesar de la complejidad y el peligro que implica esta travesía, los migrantes chinos continúan viendo en Ecuador un punto de partida esencial hacia Estados Unidos. La importancia del país latinoamericano en este contexto se ha revelado en una denuncia sobre la presencia de una policía clandestina china que operaba desde un hotel de Quito. Las alertas se encendieron en el 2022, cuando una organización de derechos humanos indicó que Xi Jinping había instalado decenas de agencias de espionaje en varios países del mundo como parte de su campaña Fox Hunt, para obligar a retornar a disidentes del régimen.
Texto original de Infobae
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