La oposición venezolana volvió a convocar a movilizarse el jueves para protestar contra el Gobierno de Nicolás Maduro y reclamar elecciones inmediatas. El llamado lo hicieron los dirigentes de la Mesa de la Unidad, encabezados por el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, el jefe de la fracción parlamentaria de la alianza opositora, Stalin González y el diputado Enrique Márquez.
Radonski dijo que más de 150 personas resultaron heridas por perdigones y por la represión de los cuerpos militares y policiales, hay cientos de detenidos durante las movilizaciones de la oposición, además de dos personas fallecidas, que se suman a los otros ocho fallecidos registrados durante la Semana Santa.
Capriles reiteró las exigencias de la oposición a que se convoque a elecciones, libertad para todos los presos políticos, canal humanitario de alimentos y medicinas y se respete a la Asamblea Nacional.
La oposición venezolana volvió a unirse en las calles de Caracas frente al chavismo. Decenas de miles de ciudadanos se manifestaron contra el Gobierno de Nicolás Maduro, que convocó una movilización paralela en Libertador, un municipio de la capital bastión del oficialismo.
La meta de las fuerzas convocadas por la Mesa de Unidad era la Defensoría del Pueblo, ubicada en la zona controlada por el chavismo. Se produjeron choques entre la policía y los manifestantes. Al menos cuatro personas murieron por la represión.
Un joven falleció por un tiro en la cabeza. Se llamaba Carlos José Moreno y en tres días hubiera cumplido 18 años. Una mujer de 23 años fue alcanzada por un disparo en el Estado de Táchira.
Maduro había amenazado con sacar al Ejército y las milicias, unos oscuros grupos civiles que prometió armar con fusiles, pero la gente no se atemorizó y los manifestantes tomaron masivamente las calles en 26 puntos de Caracas.
El chavismo también había convocado su contramarcha para conmemorar, el 19 de abril, un feriado que solo tuvo en común para los dos bandos la fecha histórica del primer grito de la independencia que se inició en 1810.
La “marea roja”, como los chavistas bautizaron su contramarcha, no llegó a cubrir dos de las seis cuadras que tiene la avenida Bolívar. Comenzó en la Plaza Venezuela. Numerosos buses oficiales llevaron desde el interior a los activistas para llenar el mitin chavista. A los empleados públicos se les pasó lista de asistencia, según diario Clarín.
Centenares de policías y militares protegían en las calles las zonas ocupadas por los manifestantes chavistas. Los choques entre las Fuerzas de Seguridad se iniciaron cerca de una autopista esencial para el tráfico de capital y fue cortada en varios tramos. Capriles fue recibido con el lanzamiento de gases lacrimógenos. La militarización de Venezuela en los días previos contribuyó a tensar el ambiente.
En Caracas, de todos los 26 puntos de concentración los más castigados por la represión fueron los barrios San Bernardino, Bello Monte, El Paraíso, La Vega, El Valle, antiguos bastiones chavistas, que se han unido a las protestas de la oposición.
Las bombas que lanzaron los efectivos de la Guardia Nacional obligaron a muchas personas a protegerse con máscaras antigas como Lilian Tintori y Antonieta Mendoza, esposa y madre del preso político Leopoldo López.
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