SUGIERE LOS 4 TEMAS PARA UN GRAN DIÁLOGO NACIONAL
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En poco tiempo, han cambiado muchas cosas. En poco tiempo, han caído ideologías, referentes, estilos. Los imperios han entrado en entredicho, han surgido distintos esquemas geopolíticos y se han diluido fronteras. Los medios de comunicación son otros, las noticias se suceden sin pausa, las opiniones se multiplican y diluyen, la lectura, y la racionalidad vinculada a ella, están muriendo. Prosperan las imágenes, y la vulgarización de las ideas erosiona la vieja cultura. Los libros estorban, los modos de debatir son otros, la opinión pública no existe, la ha suplantado una multitud de mensajes y réplicas caóticas.
La migración masiva, multitudinaria, pone sitio a los países más poderosos del mundo. Europa está inundada por musulmanes, africanos y latinoamericanos. Los Estados Unidos está acosado por los miles de personas que esperan tras el muro en la frontera mexicana. La gente se va de sus países en avión, en autobús o a pie, con familia o sin ella, con algún dinero o solo con la esperanza; son conquistadores, aventureros, gente echada para adelante. Están cambiando el mundo, y crean nuevas, insólitas culturas, nuevos modos de ser, de vivir y de relacionarse.
La violencia estremece los cimientos de una sociedad inerme. La gente ha normalizado lo insólito, se ha habituado a la crónica roja y a las peores escenas. La muerte es más probable que nunca y la destrucción de cosas, espacios, esperanzas y refugios es asunto cotidiano. La guerra está en las pantallas como espectáculo corriente y asunto de cada día, y casi nadie se estremece de su horror. La noticia en tiempo real ha invadido nuestras casas y la noticia falsa es asunto normal. El celular es el recurso para transmitir, opinar, volar con las últimas novedades.
La digitalización avanza sin freno y altera la enseñanza, la política, la economía y la cultura.
“Nos sentimos aturdidos por el frenesí comunicativo e informativo. El tsunami de información desata fuerzas destructivas… se ha apoderado también de la esfera política y está provocando distorsiones y trastornos masivos en el proceso democrático. La democracia está degenerando en infocracia” (Byung-Chul Han, en Infocracia).
Cambios, estrépito, progresos y retrocesos. Expectativas de la gente. Distintas angustias y esperanzas, otras formas de trabajo. Otro estilo de empresa y de oficina. Otro tipo de relaciones. Ciudades que ya no son lo que hace poco fueron. Sí, cambios, otras generaciones y distintas sensibilidades.
Cambios, muchos cambios. Sin embargo, algo no ha cambiado. El Estado, la política, las tareas legislativas, la vieja costumbre de sortear el país, el discurso que ahora se ha empobrecido aún más con el uso de los medios electrónicos, pero que, sustancialmente, es el mismo de siempre. No ha cambiado la visión del pueblo como clientela ignorante, como masa de votantes. No ha cambiado la voracidad por el poder. Caras distintas pero modos idénticos, propaganda más agresiva y la democracia en entredicho.
¿Cambiará esto alguna vez?
Texto El Universo
https://www.eluniverso.com/opinion/columnistas/cambios-nota/
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