El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido tomar medidas drásticas en su segundo mandato. Entre sus planes se incluyen la mayor deportación de inmigrantes en la historia del país, nuevos aranceles, una política exterior aislacionista y una mayor inversión en combustibles fósiles.
Durante toda su campaña, Trump ha evitado ofrecer detalles concretos sobre sus planes, aunque sus declaraciones públicas delinean una amplia agenda que combina enfoques tradicionales del conservadurismo estadounidense en economía, con una inclinación populista en política exterior.
Estas son sus principales propuestas:
De su eslogan de 2016 para construir un muro en la frontera con México, Trump ha pasado a prometer la creación del «mayor programa de deportación masiva» en la historia del país, otorgando a los reservistas de la Guardia Nacional, a los sheriffs y a policías locales el poder de arrestar a inmigrantes indocumentados.
Además, busca restringir tanto la migración irregular como la regular, implementando una «evaluación ideológica» para quienes soliciten un visado, eliminando el derecho a la ciudadanía por nacimiento y limitando la entrada de migrantes por motivos de salud pública.
También quiere vetar el ingreso de ciudadanos de ciertos países de mayoría musulmana, como intentó hacer en su primer mandato.
Trump ha presumido de haber colocado en el Tribunal Supremo durante su primer mandato a los tres jueces que pusieron fin a las protecciones federales al aborto en 2022, dando a los estados vía libre para restringir ese procedimiento, incluso en casos de incesto o violación.
Sostiene que la política sobre el aborto debe decidirse a nivel estatal y, en el último mes de campaña, prometió que vetaría una prohibición nacional al aborto si el Congreso la aprobara.
Trump resume su enfoque de política exterior con una frase del expresidente Ronald Reagan (1981-1989): «Paz a través de la fuerza». Su postura es la más aislacionista a nivel de política exterior y proteccionista en términos económicos que ha tenido EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial.
Ha asegurado que podría acabar rápidamente con la guerra en Ucrania y la guerra en Gaza, aunque sin especificar cómo, ha criticado con frecuencia a la OTAN y elogiado a líderes autoritarios como Viktor Orbán, de Hungría, y Vladímir Putin, de Rusia.
Trump asegura que salvará empleos en Estados Unidos imponiendo aranceles de hasta el 20 % a todos los productos importados, y del 60% para aquellos provenientes de China, con quien busca intensificar la guerra comercial.
Su objetivo principal es la industria automotriz, y ha amenazado con aranceles de hasta el 200% a todos los automóviles provenientes de México para disuadir a los fabricantes chinos de instalarse en ese país.
Trump planea extender el recorte de impuestos a las grandes empresas que implementó durante su primer mandato y propone reducir la tasa impositiva del 21% al 15% para las compañías que fabriquen todos sus productos en Estados Unidos. Además, promete eliminar los impuestos sobre horas extra y propinas.
Sin embargo, esta política incrementaría la deuda federal en 5,8 billones de dólares en la próxima década, según el Penn Wharton Budget Model. Actualmente, la deuda nacional de EE.UU. asciende a 35 billones de dólares.
Trump, quien niega la existencia del cambio climático, ha prometido eliminar los subsidios para la compra de vehículos eléctricos y aumentar la producción de petróleo y gas natural. «¡Perforar, perforar, perforar!» era un eslogan recurrente en sus mítines.
Durante su Gobierno anterior, eliminó numerosas regulaciones ambientales y retiró a EE.UU. del Acuerdo de París.
Desde 2015, Trump ha abogado por desmantelar la reforma sanitaria de Barack Obama (2009-2017), sin proponer una alternativa concreta.
En la última fase de su campaña, Trump reforzó su alianza con el que había sido candidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr., crítico de las vacunas, prometiendo ponerlo al frente de una iniciativa para «hacer a EE.UU. saludable de nuevo».
Trump ha abogado por limitar el énfasis en la diversidad y las protecciones legales para la comunidad LGBTQ+.
En cuanto a los derechos de las personas transgénero, ha prometido prohibir la participación de «chicos en deportes de chicas», una retórica que le ha ganado apoyo.
Sin embargo, sus propuestas van más allá de lo simbólico y ha prometido que pedirá al Congreso que se reconozcan solo dos géneros (masculino y femenino) al nacer, lo que supondría una vulneración de derechos para esa comunidad y limitaría el reconocimiento legal de identidades de género no binarias. (EFE)
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