La Cumbre del G7 que se realiza en Bari, Italia, tiene a China en el foco este viernes en la segunda jornada de reuniones entre los líderes de las siete democracias más poderosas del mundo. El régimen de Beijing tiene una posición con respecto a la invasión rusa a Ucrania que si en un primer momento era vista con desconfianza desde occidente, ahora ya no quedan dudas: su papel es clave para que las tropas de Putin puedan mantener su ofensiva.
En ese marco, el medio británico Financial Times citó a un alto funcionario de la administración Biden, qjuien dialogó con periodistas en Bari sobre el respaldo de Xi Jinping a la “base industrial de defensa” de Rusia y la definió como una “cuestión crítica”.
Pero la visión de Washington no se limita solamente al impacto en Ucrania sino a una preocupación más allá de los que suceda en ese conflicto, ya que Beijing ayudaría a Rusia a desarrollar misiles y artillería aérea que “supondrían una amenaza a largo plazo para la seguridad de Europa y son de interés para todos los miembros del G7″, advirtió.
Estados Unidos ha sugerido reiteradas veces a sus socios europeos del Grupo de los 7 (la UE, Francia, Alemania e Italia, así como el Reino Unido) que sean más agresivos hacia China, sobre todo después de que quedara clara su postura con respecto a la agresión del Kremlin a Ucrania y lo que ello implica en términos duros: China ha elegido ponerse del lado de Rusia contra Occidente.
Los debates sobre China afloran este viernes en Bari durate el segundo y último día de la cumbre del grupo en el sur de Italia. La UE ha anunciado hace pocos días nuevos aranceles a los automóviles eléctricos chinos argumentando que se benefician de subsidios injustos. Por su parte, Estados Unidos sancionó a empresas con sede en China que suministran semiconductores a Rusia, productos que podrían ayudar a su industria de guerra.
“El enfoque de China es más duro que antes; Los europeos definitivamente se están moviendo en esa dirección”, dijo otro diplomático del G7 involucrado en las conversaciones y citado por FT. se espera además que el comunicado del grupo refleje que “la era de la ingenuidad hacia Beijing definitivamente ha terminado y que China tiene la culpa de ello”.
Joe Biden ya marcó una línea clara en ese sentido este jueves, al señalar: “China no está suministrando armas, sino la capacidad de producirlas y la tecnología disponible para hacerlo. Así que, de hecho, está ayudando a Rusia”.
Desde Moscú, Putin mostró su ira por el préstamo de 50 mil millones de dólares que el G7 prometió a Ucrania y que contará con la garantía de los intereses de los fondos rusos por 300.000 millones dólares que están congelados desde el inicio de la invasión, en febrero de 2022.
El jefe del Kremlin pretende imponer condiciones para un alto el fuego inmediato: que Kiev retire tropas de cuatro regiones en disputa (se refiere a Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhzhia) y el fin de las sanciones de Occidente contra Moscú.
Putin se sustenta en el comercio bilateral con China, que ascendió a 240 mil millones de dólares el año pasado, según las aduanas del régimen de Beijing. Eso significa un crecimiento de 26 por ciento con respecto a 2022.
Texto original de Infobae
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