Una de las primeras medidas económicas que plantea el nuevo presidente Daniel Noboa es una nueva amnistía tributaria, dentro del nuevo proyecto de Ley de Eficiencia Económica y Generación de Empleo.
Se trata de un mecanismo que se ha usado de forma frecuente en los últimos 16 años en Ecuador, como medida de “parche fiscal” de emergencia, para incrementar los ingresos del Presupuesto General del Estado cuando la plata no alcanza.
Se trata de una medida en la que un gobierno accede a condonar un porcentaje o la totalidad de los intereses, multas y recargos a los contribuyentes que le deben al Servicio de Rentas Internas (SRI). Pero, a cambio de que paguen el capital de la deuda, en un límite de tiempo. También se conocen como “remisiones tributarias”.
En las últimos 16 años se han realizado siete amnistías tributarias. Desde el gobierno de Rafael Correa, se volvieron un mecanismo recurrente para inyectar liquiez a la caja fiscal de forma rápida. Y en 2024 podría darse una nueva amnistía si se aprueba el proyecto de ley, presentado por Noboa el 27 de noviembre de 2023 a la Asamblea Nacional.
¿Qué implica una amnistía tributaria?
Noboa propone esta medida para 2024, un año en el que el déficit de recursos en el Presupuesto estatal sería de, al menos, USD 6.000 millones. Eso, sin contar lo que se requiere para pagar deudas ya adquiridas, con lo que Noboa necesitará al menos USD 10.000 millones en su primer año de Gobierno.
La amnistía tributaria que plantea Noboa dejaría al Estado unos USD 960 millones en 2024, esto equivale al 16% de los USD 6.000 millones de déficit fiscal.
Sin embargo, el proyecto de ley también propone incentivos tributarios, que le costarán al Estado USD 128 millones anuales. Es decir, al Estado le quedarían USD 832 millones en recaudación neta a percibir.
¿Son efectivas las amnistías tributarias?
Pero, pese a que se han implementado siete amnistías, las deudas en firme que el SRI todavía no puede cobrar ascienden a casi USD 2.600 millones; esto equivale a 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador.
José María Espinosa, socio del Estudio Jurídico EJD, dice que este tipo de medidas “parche” han deteriorado la educación tributaria de los contribuyentes.
Lo anterior, porque al ser tan frecuentes, han provocado que estos prefieran esperar a una eventual condonación, en lugar de pagar las deudas.
En los casi diez años del gobierno de Correa se realizaron cuatro amnistías a deudores tributarios, entre 2008 y 2016. La más importante fue la de 2015.
Con la primera remisión del gobierno de Correa se recaudaron USD 15,8 millones, que representaron solo el 0,24% de la recaudación de todo ese año.
Pero para la remisión de 2015 la acogida aumentó, pues se recaudaron USD 971,6 millones, que representaron el 6,78% de lo que se recaudó en impuestos en todo el año.
Y en 2016 Correa hizo dos amnistías puntuales que beneficiaron: la primera a Manabí y Esmeraldas, y la segunda a la ciudad de Cuenca. Más tarde, el gobierno de Lenín Moreno también implementó una amnistía en 2018.
La mayor recaudación por remisión de intereses se logró en esa amnistía, cuando se recaudaron USD 1.268 millones, lo que representó el 7,48% de lo recaudado en todo ese año.
El éxito ha dependido de las condiciones
En la amnistía tributaria de 2018, los contribuyentes tenían el beneficio de que se les condonen el 100% de los intereses, multas y recargos si pagaban la deuda en 90 días.
Espinosa añade otros factores para que la remisión tributaria de 2018 superara la meta. Dice que en esta amnistía se estableció el beneficio para deudas en firme, pero también se beneficiaron los contribuyentes que estaban en procesos de impugnación de deudas en sedes administrativas y judiciales, por lo que la meta fue mayor a lo esperado.
Otro incentivo que propició a que más contribuyentes se acojan fue que se establecieron facilidades de pago del capital de la deuda de hasta dos años.
Mientras que en otras remisiones se condonó solo un porcentaje de los intereses, multas y recargos y con ciertas condiciones, por lo que la recaudación fue menor.
Por ejemplo, en la remisión tributaria de 2021, del gobierno de Guillermo Lasso, se otorgó una condonación de los intereses, multas y recargos, pero cuando la deuda estaba en proceso de mediación.
Lasso propuso este mecanismo de mediación para llegar a acuerdos con los deudores y evitar largos juicios por inconformidades en el cobro de impuestos. Pero tuvo pocos resultados, en parte, porque el proceso resultó demasiado burocrático y poco ágil.
Otro problema fue la falta de claridad de la normativa, según reconoció el SRI.
Propuesta de Noboa deja dudas
A diferencia de otras amnistías tributarias, Noboa no detalla en el proyecto de ley las condiciones y plazos que aplicarían para el beneficio.
Es decir, no se conoce si la remisión se aplicará para el 100% o solo una parte de los intereses, multas y recargos.
Tampoco se detalla si la remisión será para deudas en firme o también para aquellas en impugnación.
El proyecto tampoco detalla qué plazo tendrán los contribuyentes para pagar el capital de la deuda.
Los detalles se conocería cuando el Ejecutivo emita el reglamento de la Ley, una vez que se haya aprobado el proyecto de ley.
Con información de Primicias
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