Luego de dos horas de diligencia en la que Germán Cáceres debía ampliar su versión sobre la muerte de su esposa, los abogados de las partes y la madre Maria Belén Bernal, Elizabeth Otavalo, salieron de la cárcel La Roca.
Ellos contaron que el expolicía admitió haber matado a su esposa el 11 de septiembre en la Escuela Superior de Policía de Quito.
Aseguró que había actuado solo en la muerte y en la desaparición del cuerpo. Sin embargo, Cáceres se negó a responder preguntas.
Tras contar cómo fueron los hechos se acogió al derecho al silencio. ”Dijo que él, en medio de la acalorada discusión con su esposa, la estranguló luego de haberla golpeado”, explicó el abogado que representa a Otavalo.
Según el abogado, Cáceres confesó haber estado bajo los efectos del alcohol y aseguró que luego solo sacó el cuerpo y lo enterró.
La madre de la víctima insiste en que no cree que el procesado haya actuado solo.
La mujer no pudo ingresar a la sala donde Cáceres dio su versión. Ella explicó que ella vio cuando la sacaron de la tierra el cuerpo de María Belén. Aseguró haberla tocado y, según ella, pese a que habían pasado 10 días no olía mal ni estaba en descomposición, por lo que presume que el cuerpo fue llevado al cerro Casitagua poco antes del hallazgo.
La instrucción fiscal en este caso concluye el domingo 15 de enero. Tras eso se espera que la Fiscalía convoque la audiencia de presentación de indicios.
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