El Consejo de Estado (Ejecutivo chino) recomendó este 29 de diciembre a las autoridades locales el uso de la medicina tradicional china en el tratamiento de la covid por “haber desempeñado un papel importante desde el inicio de la pandemia”, recogieron en las últimas horas páginas web gubernamentales.
El Ejecutivo destacó que los preparados de medicina tradicional tienen una “abundancia de materias primas” y gran “variedad y aplicabilidad”, además de señalar que sus procesos son “sencillos”.
El comunicado oficial aconseja que los tratamientos tradicionales se clasifiquen en distintas categorías y aplicaciones como “reducir la fiebre” o “aliviar la tos” y que las recetas sean “concisas, efectivas y adecuadas”.
El Gobierno pide a las autoridades locales que combinen medicina china y “occidental” y que usen los medicamentos “según sus condiciones locales y el suministro disponible”.
Las autoridades sanitarias de China; muchas de cuyas embajadas en el extranjero ya repartieron preparados tradicionales entre sus ciudadanos en 2020; han defendido que la medicina china ha demostrado efectividad en la reducción del número de casos graves y muertes por covid-19. Esto, incluido tratamientos como la acupuntura en los protocolos nacionales para la prevención y control.
Ola de contagios
Desde que China comenzase el desmantelamiento de su política de ‘cero covid’ a comienzos de diciembre, se ha producido una ola de contagios que ha desembocado en escasez de medicamentos como ibuprofeno en algunas ciudades.
Asimismo, hospitales de grandes ciudades como Pekín se han visto sometidos a una gran presión y han sufrido dificultades para atender a todos los pacientes, según testimonios recogidos en las redes sociales del país.
Existen dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales, que han informado de apenas un puñado de fallecimientos recientes por la enfermedad. La provincia de Zhejiang (este) estimó recientemente que un millón de sus habitantes se contagiaban cada día.
La Organización Mundial de la Salud se mostró “muy preocupada” por la evolución de la covid en China y reclamó “más información”, a lo que Pekín respondió que ha compartido sus datos “de forma abierta, puntual y transparente” desde el inicio de la pandemia.
La Comisión Nacional de Sanidad declaró que, a partir del 8 de enero, la covid dejará de ser una enfermedad de categoría A, el nivel de máximo peligro y para cuya contención se exigen las medidas más severas. Se convertirá en una de categoría B, que contempla un control más laxo. Así será el final de la política de ‘cero covid’ que llevaba vigente casi tres años.
Con información de EFE
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