Las encuestas raramente aciertan o fallan en todo, y la primera vuelta entre Luiz Ignacio da Silva y el actual presidente de Brasil no ha sido una excepción. La media esperaba a Lula en el 46,7% y terminó en 48,4: solo 1,7 puntos de diferencia, o un par de millones de votos en un país con más de 200 millones de almas. Ahora bien, a Bolsonaro se le anticipaba en el 35,3 y acabó en un 43,2; ocho puntos por encima. ¿Qué explica esta imprecisión asimétrica? Hay al menos tres hipótesis, todas plausibles, y no excluyentes entre sí: decisión de última hora, voto vergonzante o error de muestra.
El ultraderechista Jair Bolsonaro ha expresado su confianza en que ganará en segunda vuelta. “Vamos a prevalecer por la patria, la familia, la libertad y por la voluntad de Dios”, dijo durante la madrugada en redes sociales. “Nunca perdí una elección y no será ahora que lo haga”. Bolsonaro fue diputado federal durante casi tres décadas antes de convertirse en presidente en 2019.
Además, el candidato se ha referido a las encuestas, que le daban alrededor del 36% de los votos en primera vuelta (al final, obtuvo 43%). “Mucha gente se dejó llevar por las mentiras propagadas por las encuestadoras”, manifestó. “Se equivocaron en todos los pronósticos y ya son las mayores perdedoras de la elección”.
Bolsonaro ha celebrado, por otro lado, la victoria en el Congreso, que definió como su “mayor prioridad” el domingo, y en varios Estados. “Es la mayor victoria de los patriotas en la historia de Brasil: 60% del territorio será gobernado por quien defiende nuestros valores”.
El presidente Bolsonaro fue el claro ganador en el Congreso. A la espera de que la suerte de su carrera presidencial se defina en segunda vuelta, el Partido Liberal del actual mandatario tendrá las mayores bancadas en el Senado, con 14 de 81, y en la Cámara de Diputados, con 99 de 513. La mayoria de la representación parlamentaria será conservadora, lo que pondría en dificultades a un hipotético futuro Gobierno de Lula.
En cuanto a la pelea en los Estados, 11 de los 27 estarán en manos conservadoras y tres en las del Partido de los Trabajadores de Lula. El resto se disputará en segunda vuelta. El candidato bolsonarista ganó en Río de Janeiro y parte como favorito en São Paulo, el motor económico del país. Minas Gerais, el segundo Estado más poblado, será gobernado por un conservador que en su día apoyó a Bolsonaro y ahora se declara neutral.
Con información de El País
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