El caso de la ciudadana colombiana Martha Sepúlveda, quien padece de una enfermedad degenerativa, abrió nuevamente el debate sobre la eutanasia.
Ella solicitó a las autoridades de Colombia el derecho a morir para poner fin a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la Justicia le autorizó. Martha Sepúlveda se someterá este domingo 10 de octubre a este procedimiento en el país vecino “y está feliz”, dice su hijo. En Ecuador no es legal.
Colombia despenalizó la eutanasia en 1997 y es el único país de América Latina que permite ese procedimiento regulado en el 2015 por el Ministerio de Salud para pacientes con enfermedades terminales.
Su único hijo, Federico Redondo Sepúlveda, habló con BBC Mundo sobre el caso de su madre. El joven narra cómo asumió la decisión de su progenitora de terminar con su vida, después de que se agravaran los síntomas que padecía.
La mujer pondrá fin a su vida y su caso se convertirá en el primero en el que se autoriza la eutanasia a un paciente que no tiene una enfermedad terminal, tras el fallo de la Corte Constitucional de ese país que le favoreció el pasado 23 de julio.
“Mi mamá está tranquila y feliz desde que le dijeron que podía morir porque su vida era literalmente un infierno. Ella antes no era así. Antes estaba desesperada, triste y con pocas esperanzas de cara al futuro”.
Martha ha pedido que después de morir la cremen y que luego se realice una misa fúnebre. “Mi mamá va a morir el domingo a las 7 de la mañana. Y está feliz. Está feliz desde que sabe que le van a aplicar el procedimiento eutanásico”, aseguró el joven.
Diario El Comercio habló sobre este tema con representantes de organizaciones de pacientes con enfermedades agravantes, abogados y médicos al respecto.
Ellos dieron su punto de vista sobre esta y otras alternativas para los pacientes que sufren patologías crónicas, graves, terminales y degenerativas.
Gustavo Dávila, director de Jóvenes Contra el Cáncer: “Debemos respetar la decisión del paciente”.
“Hemos tenido chicos que han abandonado sus tratamientos de quimioterapia; han manifestado su deseo de no seguir con ellos. Sienten que su cuerpo ya no avanza. Ellos tienen ese derecho. Jonathan -uno de los jóvenes- comentó su decisión a sus padres y galenos; vivió al máximo cada día y su vida se apagó. Tuvo derecho a decidir. Él, por ejemplo, accedió al denominado ‘testamento vital’, que es un documento en el cual las personas mayores de edad señalan que no quieren que los médicos les coloquen sondas ni estar conectados; tampoco quieren la reanimación. Muchos familiares lo aceptan porque debemos respetar la decisión del paciente. Deberían discutirse estos temas y, sobre todo, escuchar a quienes luchan contra las patologías. Actualmente, ellos han sido ignorados. Las autoridades deben escucharlos y saber qué tratamiento quieren o si desean o no morir”.
Diego Jimbo, galeno y coordinador del Acuerdo Nacional contra el Cáncer: “Los médicos nos formamos para salvar vidas; no para quitarlas”.
“No puedo estar de acuerdo con la eutanasia, porque estudiamos medicina para salvar vida; no para quitarlas. Entendemos que muchos pacientes tienen síntomas muy fuertes y eso les provoca un sufrimiento intenso, por lo que es necesario que se apueste por los cuidados paliativos. Su objetivo es disminuir el dolor. Por ello, las autoridades deberían fortalecer esos espacios, para que acojan a más personas. En el mundo hay 40 millones de habitantes que tienen enfermedades degenerativas o que provocan discapacidad. De ellos, solo el 14% recibe estos servicios. En Ecuador no hay estadísticas claras, pero entendemos que es un número inferior. Ante esta necesidad, las universidades han habilitado posgrados de cuidados paliativos en Guayaquil y Quito. Esperamos que los profesionales se capaciten oportunamente para que realicen esa labor”.
Ramiro García, subdecano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central: “La eutanasia no está contemplada en las leyes de Ecuador”
“En las leyes ecuatorianas no está contemplado el tema de la eutanasia. Para hacerlo se deberían tomar en cuenta aspectos, como el tipo de casos y los límites para que se ejerza este derecho. No es una autorización para suicidarse sino una asistencia para que una persona muera en condiciones dignas y sin dolor. Para que se cumpla este proceso se debe entregar una orden judicial, en la cual se contemplaron todos los hechos. No es una instigación al suicidio; similar a lo que se ve en redes sociales -retos de los adolescentes-. El procedimiento para su regulación es la presentación de un proyecto de ley orgánica en la Asamblea Nacional, ya que estamos hablando de un derecho humano. Luego de ello, debe pasar por el veto presidencial y por el control de constitucionalidad o no de la Corte Constitucional (CC)”.
Marcos García, ex presidente de la Sociedad de Bioética, miembro de la Comisión de Bioética y médico tratante: “Estoy en contra de la eutanasia y del encarnizamiento terapéutico para alargar la vida del paciente”.
“La eutanasia se derivó de ‘causar’ la muerte a una persona de forma premeditada. Estoy en contra de este procedimiento y del encarnizamiento terapéutico, es decir, alargar la vida de forma exagerada, por medio de terapias y tratamientos que ya no pueden curarlo. Ante ello, propongo el acceso a los cuidados paliativos para que reciban una atención de calidad y alcancen una muerte digna. Para ello, se deben crear más espacios que brinden estos servicios.
Otra de las alternativas es el ‘testamento vital’. Es la voluntad o la decisión de cada ciudadano ante su tratamiento. Por ejemplo, tienen la oportunidad de decir si quieren o no recibir quimioterapias o ingresar a terapia intensiva. La idea es tratar dignamente a la persona”.
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