El resultado electoral en Estados Unidos se define voto a voto. La elección ahora se juega en Pensilvania, donde Joe Biden ha dado la vuelta y aventaja a Donald Trump por 9.746 sufragios, con el 95% escrutado. Los 20 electores que otorga este Estado alcanzan al candidato demócrata para superar por tres los 270 que necesita para ganar la presidencia.
El candidato demócrata ha tomado la delantera en Georgia en la recta final del escrutinio. Con más del 99% del voto escrutado, Biden supera a Trump por 8.867 votos, pero las autoridades del estado ya han anunciado que habrá un recuento de los votos ante lo ajustado de los resultados. “Con un margen tan estrecho, habrá un recuento en Georgia”, dijo el secretario de Estado de ese estado sureño, Brad Raffensperger.
La victoria del demócrata no sería definitiva en Georgia, por eso Pensilvania es verdaderamente el que decide el vencedor. Si gana en este estado, considerado como la “piedra angular” de la unión, el candidato demócrata lograría 273 votos electorales (tres más de los necesarios) y se adjudicaría matemáticamente la Presidencia -sin tener que esperar a los resultados en otros estados donde llevaba ventaja, como Arizona, Nevada o Georgia-.
Aunque eso solo se formalizará a principios del mes que viene, cuando los estados ‘certifiquen’ los resultados electorales, y sus Legislativos aprueben esas cifras y las envíen al llamado Colegio Electoral, que es el organismo que cumple las funciones de elegir al presidente. De los estados aún pendientes, Trump aventaja a Biden tan solo en Carolina del Norte.
La diferencia seguiría aumentando a medida que se cuenta el voto por correo, en el que hay muchas más papeletas demócratas que republicanas, y el de las grandes ciudades del estado, en especial Filadelfia. De hecho, en esa localidad, el 80% de los votos escrutados en este momento están yendo para Biden y solo el 19% para Trump.
El triunfo en Pensilvania, donde Trump llevó la delantera desde el inicio del recuento gracias a los votantes las zonas rurales y post-industriales del estado, daría un gran solidez a la victoria de Biden y tendría algo de desquite personal. Al fin y al cabo, Biden nació en el estado y cuenta con el apoyo mayoritario de los votantes de Filadelfia y Pittsburgh, los dos grandes centros urbanos del estado.
La presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha calificado ya a Biden como el “presidente electo” de los Estados Unidos, aún con el recuento en curso:
“Esta mañana está claro que el equipo Biden-Harris va a ganar la Casa Blanca”. “El presidente electo Biden tiene un fuerte mandato para liderar”, continuó una conferencia de prensa.
Durante la recta final de la campaña, Trump se dejó la piel en Pensilavania, con media docena de mítines en las últimas 48 horas en el estado, y con cierre más que simbólico en Scranton, la ciudad natal de Biden. Hasta la mitad del recuento, el presidente gozó una ventaja de ocho puntos, que se fue cerrando con los datos provenientes de las grandes ciudades y del voto por correo.
La noticia del ‘sorpasso’ fue celebrada entre vítores por las decenas de votantes demócratas que montaron guardia toda la noche ante el Centro de Convenciones de Filadelfia, amenizada con una fiesta ‘afterhours’. A ritmo de reggaeton y con pancartas de Count Every Vote, los simpatizantes de Biden prolongaron la dance party hasta primeras horas del viernes.
Separados con vallas por la policía y vigilados desde el cielo por tres helicópteros, los defensores de Trump se congregaron también ante el Centro de Convenciones con carteles de “¡Paren el robo!” y reclamando el fin del recuento de los votos por correo. Con una careta de Joe Biden y una pancarta donde ponía “¿He ganado ya?”, un simpatizante de Trump denunciaba así lo que estaba ocurriendo.
La ofensiva legal de Trump sirvió de hecho para ralentizar el recuento oficial en Pensilvania, que podría hacerse público en cualquier momento. El presidente ha iniciado acciones también en Wisconsin, Michigan y Georgia, con la esperanza de llegar en última instancia al Tribunal Supremo.
El fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, ha recordado a Trump en las últimas horas que sus maniobras no tienen visos de prosperar : “Nos están presentado documentos con más argumentos políticos que legales. Admito que las campañas quieran sacar partido de la situación, pero habrá que recordarles que la campaña se ha acabado”.
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