Si la memoria no me falla, desde la culminación del gobierno del Arq. Sixto Durán Ballén, en 1996, no hemos tenido un estadista al frente de la Presidencia de la República, que cumpla con todas las condiciones requeridas para liderar un país. Es decir, claro de pensamiento, visionario, profesional, inteligente y honesto.
Revisemos lo que significa un estadista, según el diccionario de la Real Academia Española es, persona con gran saber y experiencia en los asuntos del Estado. Desintegremos la frase en sus partes importantes.
Saber, tener conocimiento de algo, estar instruido en algo, tener habilidad o capacidad para hacer algo, estar seguro o convencido de un hecho futuro.
Experiencia, práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo, adquirido por las circunstancias o situaciones vividas.
Asuntos del Estado, la Constitución vigente establece en el Art. 3.- Son deberes primordiales del Estado: 1. Garantizar sin discriminación alguna el efectivo goce de los derechos establecidos en la Constitución y en los instrumentos internacionales, en particular la educación, la salud, la alimentación, la seguridad social y el agua para sus habitantes. 2. Garantizar y defender la soberanía nacional. 3. Fortalecer la unidad nacional en la diversidad. 4. Garantizar la ética laica como sustento del quehacer público y el ordenamiento jurídico. 5. Planificar el desarrollo nacional, erradicar la pobreza, promover el desarrollo sustentable y la redistribución equitativa de los recursos y la riqueza, para acceder al buen vivir. 6. Promover el desarrollo equitativo y solidario de todo el territorio, mediante el fortalecimiento del proceso de autonomías y descentralización. 7. Proteger el patrimonio natural y cultural del país. 8. Garantizar a sus habitantes el derecho a una cultura de paz, a la seguridad integral y a vivir en una sociedad democrática y libre de corrupción. Lo resaltado es mío.
Entonces un estadista es aquella persona que esta instruido, tiene habilidad y capacidad, está convencido por su práctica prolongada, sus vivencias y su visión futura para hacer cumplir los derechos y obligaciones de los ciudadanos mediante el cumplimiento de sus deberes de Estado.
Ahora si revisemos a los personajes que han pasado por el sillón de Carondelet. Abdala Bucaram (costeño), mejor ni hablar no cumple con los requisitos no está instruido ni tuvo habilidad, ni fue honrado. Fabián Alarcón (serrano) excelente para un quite estaba instruido, no fue honrado, tuvo algo de visión de 90 grados, pero nada más. Jamil el Mahauad (bien lojano), instruido, con experiencia, con visión pero quedo discapacitado por una enfermedad y los deshonestos le dieron haciendo algunas cosillas. Gustavo Noboa (costeño), instruido, grande y no del todo honesto se aprovechó del puesto para su jubilación, no es cierto? Lucio Gutiérrez (del oriente medio, hay no perdón solo del oriente ecuatoriano), disque instruido, disque hábil, sin experiencia, sin visión, no fue honesto ni con su mujer, mejor paremos ahí, ya no más; Palacio, instruido? Nos enchufo al que sabemos y punto. Rafael Correa (indeciso entre costeño, zumbaguense o belga), la instrucción no le sirvió de nada, sin experiencia inicial la adquirió al devenir de los 11 años en la administración tanto que armó una red de corrupción espectacular, pero que cayó, cayó el y su banda. Finalmente, Lenín Moreno (Serrano, oriente entero, o de las estribaciones), un transeúnte más, mejor hablemos de otro tema.
En una primera conclusión diríamos que ninguno fue estadista, aunque por ahí hay un estadístico talvez, porque economista no es, que anda tratando de levantar polvareda en las redes sociales, no fueron honestos, no tuvieron visión ni prospectiva.
Los políticos son maquiavélicos por decir un término, cada pensamiento, cada acción, cada acuerdo está pensado para primero obtener beneficio y luego cualquier cosa, obviamente hablo en general.
Como siempre utilizo las experiencias vividas para fundamentar mis puntos de vista. Esta vez nos remontaremos a inicios de la década de los 90 trabajaba para la Agencia de Desarrollo del Gobierno Americano con el objetivo de mejorar las condiciones del sector agrícola de exportación y sentar las bases de su crecimiento. Uno de los temas importantes fue, la Ley de Facilitación de Exportaciones incluyendo una Ventanilla única de Exportaciones para hacer mucho más expeditos los envíos y al mismo tiempo reducir los costos transaccionales del proceso y así fomentar el desarrollo del sector agrícola con competitividad.
La Presidencia del Congreso de ese entonces, nos abrió las puertas pues estaba convencida de que era un buen proyecto. Pudimos traer a un experto de Costa Rica quien había implementado la Ventanilla Única en otros países y así tener el respaldo técnico suficiente. Batallamos muy duro, fue muy complicado. Recibimos todas las solicitudes que se pueden incluir en una lista de deseos, como cuando éramos niños y se acercaba la navidad. A ninguno de ellas les dimos paso, logramos convencerlos de que era por el interés del país, por el desarrollo del sector agrícola de exportación a saber flores, frutas fresca, vegetales semiprocesados, elaborados del mar, camarones, en fin una buena variedad de productos no tradicionales.
Todos los políticos buscaron obtener un beneficio, nos quisieron boicotear el proceso. Cuando todo estaba prácticamente consensuado, en la votación final en el pleno, tres diputados se echaron para atrás. Se suspendió temporalmente la sesión, hablamos con ellos. Llegamos a un acuerdo, un almuerzo en agradecimiento por el trabajo realizado, sin alcohol. Solo así paso la propuesta de Ley. Nuestras autoridades tenían toda la información sobre nuestras acciones y las decisiones eran previamente consultadas. Al final la decisión fue, es la última vez que nos involucramos tan fuerte en el trabajo de preparar, realizar diálogos de discusión, consensuar, enviar a las instancias del Gobierno y apoyar la discusión política y su aprobación. Nunca más.
Regresamos a 1996, año en que culmina su periodo el Arq. Sixto Durán Ballén e iniciaba el nuevo Presidente Abdala Bucaram. Desde ese entonces hasta ahora han pasado 24 años y los presidentes de turno han ido siendo más jóvenes y por eso su inexperiencia y incapacidad de visión prospectiva. Tenemos 9 presidentes incluida Rosalía Arteaga con un tiempo de duración cada uno. El promedio general es de 29 meses, es decir dos años y cinco meses de gobierno. ¿Es esto un signo de madurez política? Para nada. Rosalía Arteaga estuvo dos días en el poder y Rafael Correa 124 meses. ¿Es esto madurez política? Tampoco.
En una muestra estadística desigual se procede a eliminar los que están por fuera de la tendencia, en este caso Arteaga y Correa. El promedio se reduce a 20 meses, es decir ni dos años. En estos 24 años, ¿Qué ha pasado con la conflictividad social? ¿Cuántos nuevos partidos políticos se han fortalecido? ¿Se ha reducido la corrupción? ¿La sociedad ecuatoriana esta mejor en términos de ingresos? Sí, pero gracias a la dolarización y a la imposibilidad de los políticos de echar mano a la devaluación de la moneda para satisfacer sus ímpetus desbordantes de impertinencia.
No utilizo las estadísticas nacionales por que el último informe de INEC menciona que el índice de Gini, que mide la desigualdad y es un reflejo de la pobreza, se ha reducido en 7 puntos y por obvias razones me surgió la pregunta, ¿de donde la pandemia del Covid – 19 saca tantos pobres ahora? ¿Por qué hoy hablamos de tanta desigualdad?
Les dejo a mis lectores con la incógnita y un cuadro del Banco Mundial sobre la reducción de la pobreza. Les prometo que habrá una segunda parte.
FUENTE: Gandolfo A., Hallo G. Datos mundiales demuestran la pobreza y la exclusión que sufren los pueblos indígenas., 11 de agosto de 2016.
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