El contunde triunfo del Sí en la consulta popular planteada por el presidente Lenín Moreno le otorga la fuerza necesaria para enfocar su atención en buscar la manera de mejorar la economía del país. Muchos actores externos han seguido con atención el proceso electoral. Y se preguntan: ¿seguirá la misma línea de su antecesor, Rafael Correa, o por el contrario responderá al espaldarazo político de la población?
Varios temas de la consulta pudieron haberse tramitado en la Asamblea Nacional. No obstante, el haberla convocado abrió la posibilidad de que la ciudadanía participe a través del voto en las decisiones. Esta demostración de tolerancia política del gobierno de Moreno fue bien percibida por organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano (BID), entre otros.
En lo inmediato, refrescar el gabinete económico y político, reperfilar la deuda, bajar los índices de desempleo, mejorar el consumo son parte del conjunto de tareas en las que el gobierno deberá emplearse a fondo toda vez que el pasado mes de octubre el gobierno planteó un plan de medidas que si bien sirvieron para resolver el bache económico dejado por el correísmo todavía no da repuestas a las necesidades de la población.
Así las cosas, las medidas deben ser revisadas y apuntar de una vez por todas hacia una economía productiva. Por ejemplo, la derogatoria de la Ley de Plusvalía resuelta por una mayoría de votantes debería significar el despegue del sector de la construcción. Este impulso debería ampliarse a otros sectores con el fin de atraer la inversión en distintos campos, para así crear un entorno de confianza, fortalecido también con la lucha contra la corrupción.
Un refrescamiento del frente económico es otra prioridad. Es importante que el plan vaya acorde a nuevas figuras ya que el manejo de la economía debe estar atado a la confianza que generen los nuevos actores.
En estos casi ocho meses de gobierno la cuestión económica ha sido postergada, de ahí la necesidad de que existan más diálogos entre los distintos sectores: económicos, políticos y sociales para proponer una agenda nacional que dé paso a la transformación económica, productiva y social que requiere el país.
Ciertamente, la consulta por sí misma no va a mejorar el ambiente económico, pero de alguna manera brinda un respaldo formidable al presidente para que pueda adoptar medidas que restablezcan un entorno económico afectado durante los 10 años del correísmo.
En cuanto a la restructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) sin restar méritos a los nombres del listado que circula extraoficialmente, debe estar conformado también por personas jóvenes. No se trata de entrar en discusiones sobre la ideología política porque todos tenemos una postura en la vida, sino que quienes sean partícipes del futuro CPCCS estén libre de toda duda sobre la probidad de sus actos.
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