El chavismo ha arrasado con todo, ha desarrollado un Estado controlador y regulador, que ha alejado al empresario y al industrial. En Venezuela no hay Guerra económica, en Venezuela lo que existe es un mercado desabastecido, sin industria. Petróleos de Venezuela (PDVSA) en un partido político mal administrado y dirigido.
El gobierno venezolano ahora no tiene recursos y la única vía para poder subsistir es un Decreto de emergencia económica con el que intenta paliar la crisis, pero la crisis institucional ha llegado hasta lo más profundo. Hay un divorcio con el sector privado y varios actores no quieren acercarse al Gobierno por falta de una administración pública. Hoy día solo existe una deficiencia estructural, el diálogo está acabado con una sola visión que se trata de imponer por medio de fuerzas de choque.
Venezuela requiere de un cambio político en el Gobierno porque necesita mayor inversión y empleo. Y si esto no sucede, en los próximos meses que restan al 2017 se va empeorar la crisis económica.
El mismo presidente Nicolás Maduro ha asegurado estar de acuerdo con financiar armas para entregarlas a los civiles con el fin de que defiendan la revolución. Es el tipo de discurso que divide a la sociedad y genera violencia, el único medio para legitimar el poder. En ese país no hay un diálogo efectivo.
Venezuela requiere de un cambio político en el Gobierno porque necesita mayor inversión y empleo. Y si esto no sucede, en los próximos meses que restan al 2017 se va empeorar la crisis económica. Sin estabilidad macroeconómica y sin normativas claras nunca se va a generar confianza en las empresas.
Después del cambio político, Venezuela tiene que apresurarse comercialmente en materia de importaciones y exportaciones y lo primero a tener en cuenta es el control de las divisas. Para atraer inversión extranjera necesita quitar todo el control a las divisas.
En Venezuela hay una profunda desconfianza institucional. No puede un Gobierno irse en contra de la propiedad privada y expropiar todo. Lo que esperan los inversionistas tanto locales como extranjeros son normas claras y una política de fomento a las exportaciones.
Al restringirse al mundo, el chavismo logró encarecer la materia prima y el capital. Es difícil hacer negocios de esa manera por los costos y por todas las normas impositivas que el propio gobierno venezolano desarrolló en la época de Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro como presidente.
En Venezuela hay una profunda desconfianza institucional. No puede un Gobierno irse en contra de la propiedad privada y expropiar todo.
Con respecto al frente interno hace falta quitarle al Gobierno la capacidad de imprimir el papel moneda porque esa es la razón de los problemas inflacionarios que sufre el país.
El problema de la devaluación y de la inflación está atada a la inyección indiscriminada de monedas en todo el territorio venezolano; es un círculo vicioso que no va terminar y está multiplicando esa devaluación al sacar al mercado billetes con mayores ceros.
La tarea del Banco Central Venezolano y del Ministerio de Economía y Finanzas, en teoría, es tratar de reducir los índices de inflación, pero eso será imposible en las condiciones actuales, porque a mayor demanda el Gobierno va a recurrir otra vez a la impresión de papel moneda.
En ese contexto no sirve de nada que a cada venezolano le suban el salario, porque la inflación resta la capacidad adquisitiva a los consumidores. Actualmente todo se ha convertido en un juego, en un circulo vicioso donde el Gobierno sube el salario por un lado, pero por otro termina quitando la capacidad de compra con sus políticas erróneas en materia microeconómica.
Sin duda alguna, el próximo Gobierno debe apuntar a una política monetaria y esto lo debe hacer a través de una moneda dura y fuerte que genere estabilidad como la del Ecuador. La dolarización es la vía mas rápida.
De existir una nueva política monetaria, Venezuela tendría que establecer primero un tipo de cambio para convertir los bolívares en dólares y de allí sería responsabilidad del Banco Central negociar cuántos millones de dólares se pueden inyectar en la economía y asegurar que esa moneda se convierta en noticia en todo el país.
Actualmente todo se ha convertido en un juego, en un circulo vicioso donde el Gobierno sube el salario por un lado, pero por otro termina quitando la capacidad de compra con sus políticas erróneas en materia microeconómica.
El venezolano lo que necesita es estabilidad. Ahora los ingresos petroleros le dan un respiro al Gobierno, pese a la situación económica, social y política que atraviesa, pero ¿por cuánto tiempo? El chavismo convirtió a Petróleos de Venezuela (PDVSA) en un partido político mal administrado y dirigido. El chavismo sacó a todos los técnicos de la petrolera y colocó a gente de su línea política.
Venezuela pasó de ser un país exportador de petróleo a importador petróleo, por la dificultad en la administración petrolera, producto de la politización de una empresa estatal que generaba enormes ingresos y beneficios para el país caribeño.
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