Nos quedaron debiendo. Largo, ampliamente decepcionados, esperábamos ver brillar a alguno de los candidatos, nada más alejado de la verdad. Ninguna de las propuestas de los candidatos a la Presidencia de la República propuestas en el diálogo de este último fin de semana, puede considerarse como rescatable… en nada. Hace unos días se presentó un diálogo en el que participaron los ocho postulantes y no se vio una contraposición de ideas. Al ser un formato rígido, en el que cada uno dio a conocer sus buenas intenciones, todos mencionaron que hay que crear empleo porque las cosas están mal, que no van a cobrar por los servicios básicos porque la gente pobre no puede pagar… prácticamente sacramentaban la incapacidad del trabajador ecuatoriano de poder surgir adelante.
En el candidato oficialista se notó nerviosismo y una falta de desarrollo en las ideas, cortado, presentó su trabajo realizado como vicepresidente pero apelando a los desprotegidos, a lo humano, a su don de gente, a la pena y a lo bueno que soy como persona con capacidades diferenciadas. Los otros (esto se volvió en una suerte de comparar al oficialismo con los otros), trataban de aparentar ser distintos, tampoco lo lograron.
Los candidatos no presentaron propuestas sustentables sobre temas económicos. Se notaba gran dependencia de sus asesores políticos, por lo tanto acartonados sin chispa e iniciativa para plantear nuevas alternativas. Se necesita una suerte de candidato que haga caso a sus asesores y que sepa tomar decisiones por sí solo, sin embargo, parece que los candidatos estarán atados a la expectativa de desmantelar un modelo pero sin plantear uno nuevo.
Al siguiente gobierno le espera una situación complicada. El petróleo ya fue comprometido por las ventas anticipadas, las regalías iniciales de la minería ya han sido recibidas por lo que fiscalmente es poco lo que se podrá tener. Sin embargo, todos hablan de bajar los impuestos, pero si no hay ingresos petroleros hay que buscar ingresos no petroleros; por lo que no se puede decir que al bajar los impuestos se va a recaudar más (como lo dijeron todos los ocho candidatos) porque la economía en sí no está en una etapa ascendente.
Eliminar el pago del anticipo del Impuesto a la Renta, es factible porque es un monto que en el volumen total no afecta tanto. Se plantea bajar el IVA, pero al parecer se olvida que su aumento del 12 % al 14 % es temporal (un año) y fue producto de la afectación del terremoto que sacudió a las provincias de Manabí y Esmeraldas en abril de 2016.
Ahora se observa más oportunidades de una segunda vuelta y ahí se espera que se unan al candidato opositor al gobierno, pero hay que destacar que no existen propuestas claras en beneficio del país. No se ve el cómo. En la economía es común preguntarse el cómo, para qué, cuándo… y los candidatos se han quedado en el qué hacer. Todos utilizan el discurso populista.
Se puede aceptar un Estado paternalista en cierto momento, pero no asistencialista. Es una barbaridad proponer subir el bono a USD 150, eso es una compra de un voto. Ahí se privilegia la aportación de dinero sin generar bienes o servicios.
Pero es un tema de todos los candidatos. Se dice por ejemplo que va a desaparecer el examen de acceso a las universidades y está establecido que no se debe cobrar por la educación y quizá el efecto de ello sea tener paralelos de más de 60 personas ¿quién va a sumir ese costo?
Los asesores de los candidatos conocen perfectamente al pueblo ecuatoriano y la idea general es considerarnos incultos o fanáticos de reallities, propios de programas faranduleros, aunque nos duela gran parte de la población lo es. No se sabe valorar una propuesta seria, coherente, de todos los ocho candidatos. Nos quedamos en discutir si es verdad lo que dice Carlos Pareja Yanuzelli, cuando la corrupción está en todos los estratos de la sociedad ecuatoriana, está presente en la compra de un CD pirata o en bajarse canciones sin pagar por los derechos de autor en internet; y no analizamos la estructura, lo positivo y normativa de las propuestas de los candidatos. Pero claro, lo que ahora se cuestiona son los millones de robo, que debe castigarse, pero paralelamente deberíamos analizar que quien viene mantendría un esquema de gobierno en el que se destapó la olla de grillos de la corrupción.
La gente en el país pasa más preocupada por la Sur Oscura, pero no se preocupa por saber si la tasa de inflación de este mes que fue de 0,09 % es cierta. Es sorprende cómo se firma un convenio para no dar a conocer durante seis meses los nombres de los involucrados en el caso Odebrecht. La economía es un tema que debe preocupar a la población, la cual no es tan sencilla como manejar tu hogar, en la economía no solo es el sentido común (la alegoría que la economía de un país es como la economía de un hogar, es demasiado simplificado, poco seria y creíble).
Un tema pendiente es que la academia se volvió dependiente del Estado, se hizo un modelo que permite a las universidades incrementar sus ingresos, mediante rentas asignadas. A la academia (sea pública o privada), le toca ser honesta, transparentar las cuentas y ser crítica de una sociedad que nos volvió dependientes del estado
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