Ninguna persona que entre en Estados Unidos con un visado en regla podrá ser deportada por la orden ejecutiva firmada este pasado viernes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dictaminó un juez del tribunal del Distrito Sur de Nueva York, en Brooklyn.
La suspensión se mantendrá hasta el 21 de febrero, según la orden de emergencia emitida por Ann Donnelly contra la aplicación de la prohibición impuesta a ciudadanos de siete países musulmanes.
La queja la cursó la American Civil Liberties Union en nombre de Hameed Khalid Darweesh y de Sameer Abdulkhaleq Alshawi, dos nacionales iraquíes que fueron detenidos al llegar al aeropuerto JFK.
La decisión judicial se conoció por la noche, tras una jornada de caos y concentraciones de protesta de varios de los grandes aeropuertos estadounidenses. En su octavo día completo como presidente de Estados Unidos, Trump recibió su primer gran revés judicial.
La orden ejecutiva que vetaba la llegada al país como refugiados o inmigrantes a los ciudadanos de siete países mayoritariamente musulmanes, fue la primera prueba de fuego para esta Administración, y el sistema ha fallado contra la Casa Blanca. El decreto afectaba a ciudadanos ya poseedores de visado.
“Nadie puede ser enviado de vuelta”, anunció el abogado Lee Gelernt a las puertas del tribunal en Brooklyn, tras esta primera victoria legal contra el decreto de Donald Trump. El corte es federal, por lo que la decisión de la magistrada cubre todo el país. Se calcula que hay unas 2.000 personas retenidas por todo el país que están a riesgo de ser deportadas en aplicación de la orden ejecutiva.
La orden de suspensión de las deportaciones se aplica a las personas que ya están retenidas en los aeropuertos internacionales de Estados Unidos. Sin embargo, no está garantizada la entrada en el país de ciudadanos de los siete países que cubre el decreto pese a que dispongan de visado válido.
Haneed Khalid Darweesh, por ejemplo, trabajó como intérprete para el Ejército de Estados Unidos en Iraq, pero estuvo detenido desde el viernes hasta la tarde de este sábado en el aeropuerto internacional de Nueva York John F. Kennedy, donde se encontraba en tránsito cuando Trump firmó la orden ejecutiva para suspender la entrada a Estados Unidos de ciudadanos procedentes de Iraq, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudan y Yemen.
La decisión también implicaba la suspensión del Programa de Admisión de Refugiados durante 120 días y, en el caso de los sirios, una prohibición indefinida de ingreso en el país hasta nuevo aviso.
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