Según el secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, Ecuador fue uno de los gobiernos más duros con la constructora brasileña Odebrecht en los inicios de su mandato, entre 2007 y 2008. Tanto que la expulsó del país, pero luego la volvió a recibir tras el pago de $40 millones para la reparación de fallas en el proyecto hidroeléctrico San Francisco. Para Mera, si hubo un pago de un soborno fue “inoperante, inoficioso, ineficaz”, porque el Gobierno la expulsó y quien haya recibido esos pagos había engañado a Odebrecht.
Tras su regreso al país la constructora ha obtenido cinco contratos: Proyecto Daule Vinces, Proyecto Manduriacu, Preparación de tierras de la Refinería del Pacífico, Poliducto Pascuales Cuenca y Acueducto La Esperanza.
Augusto Espín, ministro Coordinador de Sectores Estratégicos, aseguró que todos esos contratos fueron alcanzados a través de concurso público y que fueron auditados por la Contraloría y están en fase de terminación. De manera directa (por emergencia) se habría adjudicado el contrato para la construcción del túnel de cargas de la Central Pucará, por $24 millones.
El secretario jurídico de la Presidencia hizo esas declaraciones tras hacerse público en informe del Departamento de Justicia de los Estados Unidos sobre sobornos de la compañía brasileña a funcionarios ecuatorianos en el periodo 2007-2016 por $33,5 millones para lograr beneficios equivalentes a unos $116 millones.
Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, la brasileña Odebrecht obtuvo al menos unos $12 mil millones en beneficios en contratos en unos 100 proyectos en doce países: Ecuador, Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.
“No vamos a sacar el cuerpo a esta investigación, no vamos a desmentir lo que no nos corresponde desmentir, porque tenemos la conciencia absolutamente tranquila desde la Presidencia y Vicepresidencia de la República -dijo Mera-. (…) No podemos descartar que haya habido pagos o actos de corrupción”.
Mera dijo que el Gobierno no se siente aludido por los presuntos sobornos de la constructora. “No podemos asegurar que había corrupción pero todo parecería pensar que sí, que en los gobiernos anteriores hubo manejos indebidos de esta compañía porque habían reajustes (económicos) terribles”.
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