(Enviado especial a New York, Estados Unidos) Javier Milei aterrizó en Manhattan para cumplir una agenda relámpago que incluye su primer discurso en las Naciones Unidas (ONU), su tercer encuentro con Elon Musk y la visita a Wall Street (NYSE) para describir su programa económico.
El Presidente además mantendrá encuentros bilaterales con Daniel Noboa -mandatario de Ecuador-; Úrsula von der Leyen, titular de la Comisión Europea y Karan Bhatia, vicepresidente de Política Global de Google, y ofrecerá una charla a puertas cerradas en el Council on Foreign Relations, un prestigioso think tank que influye en la perspectiva geopolítica de la Casa Blanca.
Milei llegó a Estados Unidos en un vuelo privado que compartió con Karina Milei -secretaria General de la Presidencia-, Luis Caputo -ministro de Economía- y Patricia Bullrich, ministra de Seguridad. La canciller Diana Mondino hoy tomará un vuelo de línea y se sumará mañana a la comitiva oficial.
El embajador de Argentina en Estados Unidos, Gerardo Werthein, recibió al presidente en su llegada a Manhattan, y no estuvo allí Ricardo Lagorio, representante del país ante la ONU, por pedido expreso de la Casa Rosada.
Además se aguarda el arribo de Demian Reidel, jefe de asesores económicos del Presidente, quien también maneja la agenda del gobierno vinculada a la inteligencia artificial.
El lunes a las 8 AM (hora del este), Milei llegará a Wall Street para abrir la jornada bursátil -tocará la campanita- y después expondrá ante banqueros e inversores con intereses en la Argentina. Una oportunidad para explicar los fundamentos del programa de ajuste y su futuro atado a la liberación del cepo y el crecimiento económico. Al lado del presidente estará el ministro Caputo, que conoce al NYSE como si fuera el patio de su casa.
A las 1130, Milei recibirá al director ejecutivo de Tesla, Elon Musk. Será la tercera vez que se reúnen, tras los encuentro en Austin (Texas) y Los Ángeles (California), con el objetivo de analizar posibles inversiones tecnológicas en la Argentina. El presidente y Musk tienen afinidad personal e ideológica -ambos apoyan a Donald Trump, por ejemplo- y están avanzando en una hoja de ruta hacia emprendimientos relacionados a la inteligencia artificial.
En la tarde del lunes, 15.45 (hora de New York), Milei expondrá en el Council on Foreign Relations, un foro de pensamiento en política exterior y con poderosa influencia en Washington. No será la primera vez que concurra un presidente argentino: dieciséis años atrás estuvo Cristina Fernández de Kirchner, que hizo un tedioso discurso defendiendo a Lula da Silva, Evo Morales y el UNASUR, y después contestó preguntas de los asistentes.
Al otro día, martes 24 de septiembre, Milei se reunirá con Karan Bhatia, vicepresidente de Política Global y Asuntos Gubernamentales de Google. Esta empresa tiene intenciones de invertir en el país, pero necesita saber qué legislación aplicará para regular a la Inteligencia Artificial.
Milei y su jefe de asesores económicos, Demian Reidel, han sostenido en Silicon Valley y Sun Valley que habrá libertad absoluta, a diferencia de los sistemas legales que se aplican en la Unión Europea y China. Sin embargo, en la comunidad de negocios de Estados Unidos se conocer la endeble seguridad jurídica de la Argentina, y la intención de Bhatia es escuchar al presidente para sacar sus propias conclusiones.
A las 1530 (una hora más tarde en el país), el mandatario hará su primer discurso en las Naciones Unidas, que exhibirá su posición frente a la Agenda 2030, la ofensiva de China a nivel global, la guerra ilegal que desató Rusia contra Ucrania, y el ataque terrorista perpetrado por Hamas contra el Estado de Israel.
En la trastienda burocrática de la ONU, Milei fue fiel a sí mismo. El sorteo oficial para establecer la lista de oradores en la Asamblea General determinó que el jefe de Estado hablara minutos antes que Masoud Pezeshkian, el presidente de la República Islámica Irán, que fue sindicada como autora ideológica de los ataques terroristas perpetrados por Hezbollah contra la embajada de Israel en Argentina y la sede de la AMIA.
Milei rechazó la posibilidad de cruzarse en las Naciones Unidas con Pezeshkian y el Palacio San Martín inició un raid diplomático para evitar que el Presidente tuviera un momento de desagradable en la Asamblea General. Milei está alineado con Estados Unidos e Israel, y se niega a tomar contacto con representantes de países involucrados en los atentados fundamentalistas.
El sorteo oficial de la ONU estableció que Argentina debía hablar entre Marruecos e Irán. Y antes de estos tres países se alineaban Perú, Kirguistán, Ruanda, Sierra Leona y El Salvador. En este contexto, la Cancillería asumió que la única posibilidad era establecer un contacto con la diplomacia de El Salvador para modificar la lista de oradores.
Milei había participado de la asunción presidencial de Nayib Bukele, y la relación personal había fluido a velocidad infinita. Entonces, desde el Palacio San Martín se planteó el asunto a la cancillería salvadoreña, que aceptó el cambio en la lista de oradores con una condición: el presidente argentino debía quedarse en la Asamblea -tras su discurso- para escuchar a Bukele.
Milei dijo que sí.
Después de su presentación en la ONU, el presidente recibirá a su colega de Ecuador, Daniel Noboa, y a la titular de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, que hace poco renovó mandato y tiene intenciones de recuperar el diálogo multilateral para sacar del pantano político al acuerdo entre el Mercosur y la UE.
El martes a las 21, (hora del este), Milei abordará su vuelo privado para regresar a Buenos Aires.
Texto original de Infobae
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