Hugo Chávez llegó al poder en 1999 y falleció en 2013, en plena bonanza petrolera. Su desgobierno económico lo continuó Maduro, con el agravante que el precio del petróleo se derrumbó a poco arrastrando la economía venezolana. Bajo Maduro el PIB per cápita se ha reducido a menos de la mitad, de $ 8.692 en 2013 a $ 3.867 en 2024.
La República, diario colombiano, estima que aún con un buen ritmo de crecimiento Venezuela recién recuperaría en 2065 su nivel de 2013, y con una extraordinaria expansión podría recortar el plazo a 2040. El chavismo ha arruinado dos generaciones y frustrado las ilusiones de una tercera.
Al Ecuador le fue mal, pero no tanto. El PIB per cápita subió de $ 6.161 en 2013 a $ 6.583 en 2024. En 2013 nuestro PIB per cápita era $2.500 menor que el venezolano, pero en 2024 lo supera en $ 2.700. Mucho mejor que Venezuela, pero es un crecimiento de solo 0,6 % anual, cuando la inflación promedió es 1,5 %, o sea nos hemos empobrecido casi 1% anual en esos 11 años.
¿Por qué no nos fue tan mal como a Venezuela? Porque cuando Rafael Correa se convenció de que los altos precios del petróleo no se iban a recuperar y que se venía una situación muy dura, entregó el poder. Dejó un sector público enorme, una deuda externa descomunal, el petróleo prevendido, obras públicas mal construidas, costo de vida y de producción muy elevados, el país abierto a los carteles colombianos y una justicia al servicio de funcionarios corruptos y capos del narcotráfico.
Desde 2017, tres gobiernos han hecho lo posible por enrumbar la economía y combatir la delincuencia. Los dos pilares para recuperar la economía son mejorar la situación fiscal y atraer inversión extranjera; en lo político combatir al narcotráfico. La fiscal hace lo suyo desarticulando la corrupción judicial. Pero el correísmo tiene el mayor bloque legislativo y busca el fracaso del Gobierno para fortalecer sus opciones de retornar al poder.
En estos días el correísmo pretende un juicio político a la ministra del Interior, cabeza de la lucha contra las pandillas criminales. Su destitución sería una victoria para los narcos. Otro juicio contra la fiscal, y así frustrar su acción contra funcionarios corruptos y jueces al servicio de la mafia. En cambio, obstruye el juicio político al expresidente del Consejo de la Judicatura Wilman Terán, por delincuencia organizada.
En lo económico, el bloque legislativo de RC pretende cerrar la estrecha apertura al arbitraje internacional que dejó su constitución de 2008, además de detener el pago de indemnizaciones determinadas en tales arbitrajes. Si eso pasa, se secaría la poca inversión extranjera que hay. Las investigaciones de la Fiscalía exponen el grado extremo de corrupción judicial. El dictamen del juez de Lago Agrio contra Chevron, de pagar $ 9.500 millones a la compañía de Gibraltar del abogado que la demandó, es evidencia del alto riesgo de operar en Ecuador.
Por último, el correísmo quiere echar abajo el acuerdo con el FMI, con lo cual el Ecuador rompería con el ordenamiento económico mundial, y sin el cual el Gobierno incurriría en un déficit fiscal inmanejable y vendría un colapso.
Hoy Venezuela lucha por ponerle fin a la tiranía de Maduro. Ecuador tiene que ponerle fin al correísmo que nos corroe e impide superar la pesada carga que nos legó.
Texto El Universo
https://www.eluniverso.com/opinion/columnistas/venezuela-y-ecuador-nota/
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