El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) registró 716 protestas y denuncias públicas espontáneas en la isla, esto es 83 más (+11.60%) que las 633 compiladas en abril.
Con déficits diarios de generación eléctrica de hasta 1.500 megavatios, la categoría de “Servicios Públicos” superó ampliamente en el período a todas las demás que conforman el registro mensual del OCC, al acumular 169 protestas y denuncias, seguida por la relacionada con “Actos Represivos” (145) y los “Desafíos al Estado Policial” (132).
“Salvo en el barril de pólvora que es La Habana, la casi permanente ausencia de corriente en el resto del país, con todas las implicaciones que conlleva bajo temperaturas de más de 35 grados centígrados (pérdida de alimentos, dormir a la intemperie, cocinar con carbón o leña, falta de agua) mantuvo a la población tensa y temeraria”, remarcó el observatorio en un informe al que tuvo acceso Infobae.
También indicó que los “Desafíos al Estado Policial” incluyeron una “airada protesta de calle” en demanda de corriente y comida en Baracoa (Guantánamo); cacerolazos durante apagones en La Lisa (Habana), Universidad Martha Abreu (Villa Clara), Juraguá (Cienfuegos), Camino de La Habana (Sancti Spiritus) y Las Tunas, y “congas” (bailes a modo de manifestación) en cinco repartos de Santiago de Cuba; también un bloqueo de calle en Centro Habana; pintadas contra Miguel Díaz-Canel en Jagüey Grande y Unión de Reyes (Matanzas), y en Alquízar (Artemisa).
“Las redes sociales se calentaron con decenas de protestas por escrito o en video, y también se dejaron ácidos comentarios en webs oficialistas. Dos grupos de madres se plantaron con sus hijos ante los gobiernos de Marianao (Habana) y Pinar del Río a pedir respuestas a sus problemas de vivienda, electricidad y otros”, consignó el Observatorio Cubano de Conflictos.
En otro orden, el informe detalló que “el régimen intentó contener la efervescencia popular en mayo fortaleciendo la represión en todos los órdenes (145 protestas y denuncias). Ordenó intimidatorios despliegues de la Policía y las fuerzas especiales Boinas Negras en las ciudades, enfatizó las amenazas, castigos, escarmientos y actos de violencia contra opositores, activistas, periodistas independientes y presos políticos, pero también contra sectores diversos de la sociedad civil, lanzando una campaña para censar a los jóvenes que no trabajan ni estudian y condenarlos por ‘Desobediencia’ si se mantienen desocupados”.
El observatorio informó que la situación con los alimentos continuó siendo crítica en el período “al verse limitadas las entregas de la canasta básica subsidiada a unas libras de arroz y legumbres, y nuevas subidas de los precios de oferta y demanda en productos como el aceite de cocinar, el pan, los huevos y hasta humildes tubérculos y verduras como la malanga, el boniato y el pepino”.
“Los núcleos familiares continuaron viéndose obligados a gastar en víveres mucho más que el 70% de sus ingresos. Entre los estratos sociales de menos ingresos, hubo quejas por saltarse comidas, tener que cocinar los pocos alimentos sin el impagable aceite, y no poder dar a los hijos un desayuno nutritivo o comprarles un helado. Algunos recurrieron para comer a prácticas extremas, buscando sobras en la basura o comiendo gatos y hasta buitres carroñeros”, describió el reporte.
Por su parte, las demandas registradas por el OCC en mayo en su columna de “Salud Pública” continuaron indicando que los pacientes en Cuba dependen cada vez más para resolver sus urgencias médicas de las redes sociales y la caridad pública, el mercado informal o la posibilidad de obtener una visa humanitaria. Otras manifestaciones de disgusto se centraron en la deplorable situación de los hospitales y la complicada situación epidemiológica, a la que se han añadido recientemente brotes de tuberculosis y otro virus transmitido por mosquitos, la fiebre de Oropouche.
Entre otros conflictos sociales que se reflejaron en el registro de mayo del OCC se contaron “la soledad de miles de madres que quedaron en Cuba mientras sus hijos emigraban; los trabajos pedestres que deben acometer para sobrevivir los cubanos más menesterosos; la desatención en los hogares de ancianos, donde faltan desde los artículos de aseo hasta comida y medicamentos; y complacientes sentencias que se imponen a pederastas en la isla”, indicó el informe.
En el ámbito de la “Vivienda” se contabilizaron quejas de familias condenadas a vivir en albergues, amenazas e intentos de desalojo, y derrumbes.
“Cuando apenas comienzan las altas temperaturas, la estrategia del gobierno de planificar mantenimientos en las termoeléctricas (y apagones) en los meses más frescos para tener un verano sin el potencial de protestas que generan los largos cortes eléctricos, parece destinada también al fracaso”, señaló el observatorio.
Por último, recogió un mensaje del sacerdote católico de Esmeralda Alberto Reyes Pías, quien escribió el 24 de mayo en un post acerca de por qué piensa que Cuba necesita un cambio de sistema: “¿Qué sentido tiene apoyar y sostener lo que está podrido? Lo que necesitamos no es más fluido eléctrico, ni que surtan las tiendas con comida, ni que vuelvan las medicinas a las farmacias, ni que arreglen las carreteras destruidas… Necesitamos rehacernos como pueblo, recuperar la propiedad de nuestras vidas y la libertad que permite, desde el propio esfuerzo, construir el presente y el futuro”.
Sumario estadístico de mayo
Texto original de Infobae
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