Aunque todos esperaban un triunfo del candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei, la sorpresa de la primera vuelta electoral en Argentina fue el triunfo del candidato oficialista y actual ministro de Economía, Sergio Massa.
A pesar de la inflación y la crisis económica, Massa consiguió el 36,3% de los votos y obtuvo el primer lugar en las elecciones presidenciales 2023.
El segundo lugar fue de Milei con el 30,2%, seguido por Patricia Bullrich con el 23,8%.
Según los artículos 97 y 98 de la Constitución Nacional, para que un candidato se imponga en primera vuelta debe sumar el 45 % de los votos totales u obtener al menos el % al contrincante más cercano por más de 10 puntos porcentuales de diferencia. En caso contrario, el escenario es de una segunda vuelta o balotaje entre los dos primeros candidatos.
Así, el próximo 19 de noviembre de 2023, Massa y Milei competirán en la segunda vuelta para ser el próximo presidente de Argentina.
En una de las elecciones presidenciales más inciertas desde el regreso de la democracia, votó el 74 % del padrón nacional (sería la más baja en una elección general desde 1983, aunque resta saber el número oficial tras el cierre).
En las primarias de agosto (PASO) había votado el 70,4%, por lo que la participación creció, aunque si se compara con las presidenciales de 2019, bajó siete puntos (fue de 81%).
En casi todas las encuestas, Milei se proyectaba como el ganador de la primera vuelta, luego de sorprender con su gran desempeño en las PASO de agosto.
Sin embargo, Massa repuntó basado en una estrategia de vincular el voto a Milei con una amenaza a la democracia y una posible pérdida de beneficios del Estados. Así, muchos analistas ya apuntan a que el voto del miedo venció al voto de la ira y el descontento.
Las frases de Milei, como la de que “Argentina puede volver a ser una potencia mundial», al final no calaron en provincias argentinas como Tucumán, La Rioja, Corrientes y Entre Ríos, La Pampa, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
En esas provincias fue donde se revirtieron en mayor medida los buenos resultados de Milei en las PASO.
El oficialismo también se hizo fuerte en la provincia de Buenos Aires, donde Axel Kicillof ganó la reelección como gobernador. Kicillof admitió que hizo coincidir el calendario de votación bonaerense con el nacional para “empujar” el proyecto político de Sergio Massa y pidió ir a votar por el ministro de Economía en el balotaje.
El clima en el búnker de Unión por la Patria (coalición oficialista) se transformó en una fiesta de forma progresiva: del optimismo moderado con las primeras proyecciones, a uno más contundente a medida que pasaban los minutos y las horas. Después, ya sin temores a un revés, fue una fiesta completa ante una sorpresa casi total.
El escenario de máxima era entrar al balotaje con Javier Milei y terminó siendo con un Sergio Massa por encima del libertario, lo que entienden abre una mayor expectativa a lo que puede venir para noviembre. Del “llegamos bien” al “vamos arriba cómodos”, graficaron las declaraciones de referentes del oficialismo que no podían terminar de creer lo que los números les mostraban.
Con información de La Hora
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