El Gobierno de Bolivia, estrecho aliado de Irán, decidió este martes romper relaciones diplomáticas con Israel, retirando su apoyo a la contraofensiva que el Ejército de Benjamin Netanyahu libra sobre el grupo terrorista Hamas tras su incursión el 7 de octubre.
Según explicó el vicecanciller Freddy Mamani, la decisión se produce “en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza”, la cual considera una “amenaza de la paz y la seguridad internacionales”.
“Bolivia decidió romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, tomando en cuenta estos antecedentes. Vamos a comunicar de manera oficial por los canales diplomáticos establecidos entre ambos países precisamente esta comunicación consecuente con los principios y propósitos de la carta de Naciones Unidas”, anunció en conferencia de prensa.
A ello se sumó la palabra de la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, quien dijo que “en el marco de su posición principista de respeto a la vida, estamos remitiendo esta comunicación oficial al Estado de Israel, donde hacemos conocer nuestra decisión”.
El anuncio llega en un momento en el que grupos y naciones aliadas al régimen persa están aumentando su apoyo al grupo armado, frente al avance de las tropas israelíes. En ese sentido, la víspera, el presidente Luis Arce mantuvo un encuentro con el embajador de Palestina, Mahmoud Elalwani, y le expresó su rechazó a los “crímenes de guerra” que se cometen contra su pueblo.
“No podemos callar y seguir permitiendo el sufrimiento de los palestinos, sobre todo niños y niñas que tienen derecho a vivir en paz”, adelantó este lunes aunque ya en el pasado había sido tajante contra Tel Aviv, por ejemplo, cuando semanas atrás condenó el bombardeo contra un hospital que, luego, se comprobó no había sido de autoría israelí.
“Llamamos al Consejo de Seguridad de la ONU a evitar que se consume un genocidio del pueblo palestino y allane una solución definitiva para que Palestina ejerza su derecho a la autodeterminación, a su territorio sin ocupaciones ilegales y consolide su propio Estado libre e independiente”, finalizó su mensaje.
Al inicio del conflicto, el Ministerio de Relaciones Exteriores se limitó a publicar un comunicado en el que expresaba su “profunda preocupación ante los eventos violentos ocurridos en la Franja de Gaza” e hizo un “llamado urgente a la paz, a desescalar la violencia, preservar la vida y los derechos humanos”.
No obstante, el ex presidente Evo Morales sentó una postura más firme y sentenció que “desde Bolivia condenamos las acciones imperialistas y coloniales del Gobierno sionista israelí”, y sumó que “la solidaridad entre los pueblos es la base de una sociedad más justa y digna”.
De todos modos, el anuncio de este martes no sorprendió a muchos ya que Bolivia es un estrecho aliado del régimen de Irán y su posicionamiento en el bando de Teheran era sólo cuestión de tiempo.
Ya en 2009 el entonces presidente Morales había actuado de esta misma manera: rompió relaciones diplomáticas con Israel en protesta por una serie de ataques contra Hamas en la Franja de Gaza, y hasta lo consideró un país terrorista y derogó un acuerdo migratorio de exención de visado.
“Quiero informar que Bolivia tenía relaciones diplomáticas con Israel (pero) frente a estos graves hechos de atentados a la vida y a la humanidad, rompe relaciones diplomáticas. No podemos permitir que haya este genocidio a Palestina”, declaró en su momento luego haberse reunido -tan sólo dos días antes- con una comisión iraní liderada por el ministro de Cooperación, Mohammad Abbasi, con la que buscó ganar mas apoyos en el mundo frente a esta ofensiva.
“Ojalá podamos hacer entre Bolivia e Irán un acuerdo internacional contra este conflicto en la zona Palestina”, dijo Abbasi mientras el cónsul israelí en Bolivia, Roberto Nelkenbaum, lamentó la decisión y subrayó que “queremos que la relación de amista continúe”.
También, la distancia de Bolivia con Israel se dio en línea con los pasos de su par Hugo Chávez -otro amigo del régimen persa- quien apenas una semana antes había expulsado al Embajador israelí en Caracas por estos mismos sucesos.
No fue hasta 10 años más tarde, en 2019, que el Gobierno interino de Bolivia anunció el restablecimiento de las relaciones con Tel Aviv.
“Vamos a restaurar las relaciones con Israel, en el marco de respeto a la soberanía del Estado, de cordialidad, y siempre pensando en que de esa relación pueden surgir cuestiones positivas para ambos y beneficios para el turismo boliviano”, anunció el 28 de noviembre de aquel año la canciller Karen Longaric.
En tanto, su homólogo en Medio Oriente recibió “con satisfacción” el anuncio y consideró que esta nueva etapa “contribuirá a las relaciones exteriores de Israel y a su posición mundial”.
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