La afectación a las cadenas de suministro globales: otro efecto devastador de la pandemia

miércoles, enero 5, 2022

Industrias diversas en el mundo, como la automotriz por ejemplo, han sufrido varias interrupciones en su proceso productivo por la falta de insumos

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Una de las formas a través de los que la COVID-19 ha afectado profundamente la economía global es su gran impacto en las cadenas de suministro. Debido a la pandemia las adquisiciones globales fueron interrumpidas con grandes efectos secundarios en diferentes niveles de la red de proveedores. Industrias diversas en el mundo, como la automotriz por ejemplo, han sufrido varias interrupciones en su proceso productivo por la falta de insumos.

Esta situación ha llevado a gran cantidad de empresas alrededor del mundo al borde de la quiebra, especialmente a aquellas altamente dependientes de insumos provenientes de China, considerada por muchos como “la fábrica del mundo”.

Una abrumante mayoría de las empresas de EEUU han anunciado que están sufriendo interrupciones en sus cadenas de suministro, de hecho muchas empresas estadounidenses han duplicado sus plazos de entrega, y a partir de la pandemia se ha evidenciado escasez de materias primas y productos finales en el mundo. La insuficiencia de opciones de transporte aéreo y marítimo ha agravado estos problemas, disminuyendo considerablemente la posibilidad de satisfacer las necesidades de salud y suministros alimentarios, especialmente, que de otra parte se han disparado por el pánico ocasionado por la pandemia, que actúa como catalizador de un circulo altamente vicioso: la escasez provoca pánico, y el pánico, a su vez, provoca escasez.

A nivel mundial los productos que mayor escasez han mostrado debido a los impactos generados por la pandemia en sus cadenas de suministro son: chips electrónicos, automóviles y sus partes, café, papel y sus derivados (incluidos el cartón, papel sanitario y libros), trigo, cebada y otros cereales, ciertos equipos electrónicos, entre muchos otros productos cuya oferta y demanda no se espera que vuelva a niveles normales antes de finales del 2022 e incluso el primer semestre del año 2023.

Los efectos de esta situación, que ya se han sentido y probablemente se sigan sintiendo, son diversos y potencialmente graves: riesgo de quiebra para muchísimas empresas a nivel mundial, y el consiguiente aumento del desempleo y la pobreza.