Con las debidas disculpas, a mis asiduos lectores, voy a tratar este tema que me inquieta mucho por lo cotidiano en que se ha tornado entre los ciudadanos pendientes de cualquier medio de información.
Desafortunadamente, desde hace algunos años ya, estamos expuesto a discursos, análisis, pensamientos políticos, económicos, sociales y ambientales que no tiene lógica alguna cuando nos detenemos a reflexionar su contenido. De pronto se apareció ante mí, esa desazón que te deja en el alma y en el corazón la falta de reacción, para parar la manipulación ejercida por unos pocos. ¿Sera cuestión de falta de conocimiento, falta de coraje o simplemente no nos atrevemos?
Empezare diciendo que la ignorancia es definida como “la Falta de saber, de conocimiento, o de experiencia” es decir si no hemos iniciado un proceso propio o ajeno de aprendizaje, seremos ignorantes hasta que en las aulas o en la universidad de la vida, ocurra el proceso. Ninguna persona tiene la culpa de ser ignorante si no ha recibido o ha estado expuesta a recibir, analizar y reflexionar sobre la información disponible. No hay que ser un sabelotodo, pero si saber lo que necesita para el diario convivir. Dependerá de la cotidianidad a la que está expuesto para que ese saber sea más profundo o más técnico o más social o más político o más económico o más ambiental. También es indispensable considerar el medio en que nos desenvolvemos y reaccionar adecuadamente.
Así mismo, atrevido o atrevida es definida como, “Animarse a hacer algo arriesgado o realizar una acción insolente, o Quien se atreve”. Seremos atrevidos cuando reaccionamos adecuadamente y emprendemos algo arriesgado o insolente, pero sustentado en valores y en buenas ideas.
Como si estuviéramos en un laboratorio de ciencias y empezamos a realizar nuestras combinaciones, al mezclar ignorancia con atrevimiento, el resultado es increíble. La falta de saber emprende acciones insolentes sobre la base de valores e ideas positivas. Pero, si no existen valores se pierde la brújula, no hay propósitos positivos, se convierte en ignorancia atrevida. ¿Son los valores el sustento fundamental? Ahí está la diferencia.
Los ignorantes atrevidos creen saberlo todo y que el resto no sabemos nada y que por eso ellos son los únicos llamados a liderar. Sus valores son solo de ellos y para ellos. ¿Cualquier parecido con la triste realidad de nuestros días es pura coincidencia? No, creo que no. Más bien creo que fueron, adecuadamente planificados cada sucesión, cada cambio, cada nuevo salvador que aparece. Hemos sido sistemáticamente manipulados por una caterva de faltos de conocimiento e insolentes.
David Dunning y Justin Kruger investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Cornell, desarrollaron en 1999 un estudio sobre el sesgo cognitivo y para no alargarles el cuento, su conclusión es que: “La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de la capacidad de uno mismo. La infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás. Los individuos con escasa habilidad o conocimientos sufren de un sentimiento de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, midiendo incorrectamente su habilidad por encima de lo real. Este sesgo se explica por una incapacidad metacognitiva del sujeto para reconocer su propia ineptitud. Por el contrario, los individuos altamente cualificados tienden a subestimar su competencia relativa, asumiendo erróneamente que las tareas que son fáciles para ellos también son fáciles para otros.”Desde esos días a la ignorancia atrevida se la asocia con el Efecto Dunning-Kruger. De hecho existe toda una masa de gente mediocre, a nivel intelectual, que se ganan la vida haciéndonos creer que son autores de una genialidad especial y que están llenos de carisma. En general, suelen hacerlo debido a que nos resultan atractivos. ¿Coincidencia?
En nuestro caso Ecuador, se ha constituido un grupo muy especial, los ignorantes atrevidos se caracterizan por que no presentan argumentos, sus explicaciones o historias son bien contadas que a la mayoría les parecen reales, estas son sus armas de desinformación masiva y ahora utilizan las redes sociales para expandirse. No se conforman con confundir y enredar con falacias, buscan dividir, pues tiene bien clarito que “divide y vencerás”. ¿Otra coincidencia?
Para Carlos Luis Zafón, el incompetente siempre se presenta a sí mismo como experto, al cruel como piadoso, el usurero como benefactor, el mezquino como patriota, el arrogante como humilde, el vulgar como elegante y el bobalicón como intelectual.
Es que entonces esas letras de Facundo Cabral sobre los idiotas me parecían jocosas. Ahora en cambio me asustan por que resultaron ser demasiado ciertas. Existen muchos y pueden poner un presidente, decía.
Ahora que nos debatimos en un proceso electoral presidencialista, y que se habla de cambio, recuerdo la condición básica para consolidar un cambio, el capital institucional. La dotación del conocimiento, de las habilidades ciertas, de los instrumentos y técnicas, de la tecnología, de la pasión, de los buenos valores y de las buenas ideas, hacen posible emprender en reformas y cambios acordes con la nueva forma de vida, la nueva forma de relacionarnos, la institucionalidad.
Si relacionamos la institucionalidad y la ignorancia atrevida podríamos darnos cuenta que, cuando la institucionalidad está consolidada, no hay cabida para los ignorantes atrevidos. Por el contrario, cuando no existe institucionalidad o está ha sido debilitada a propósito, los ignorantes atrevidos hacen su agosto. ¿Una coincidencia más?
Dos eminencias, del proceso reflexivo, Alberto Venegas Linch y Antonio Escohotado en un foro de la Fundación Libertad y Progreso (agosto 5 de 2020) concluían, luego de par de horas de charla fraternal, que en las sociedades donde existe institucionalidad, no importa quien gane las elecciones presidenciales, la institucionalidad se encargaría de corregir su desempeño si no lo hace bien o si se desvía, conminándolo a la rectificación, por ello el voto no es obligatorio.
Todo lo que mi hermoso país y su gente ha vivido durante los últimos casi 20 años fue una falacia, fue construido paulatinamente, caímos en la redes de los ignorantes atrevidos. No nos dimos cuenta. También sufrimos de ese sesgo cognitivo. Creímos que si nosotros sabíamos y pensábamos que lo que proponíamos era adecuado, el resto también lo iba a comprender de la misma manera, pero no fue así. Los ignorantes atrevidos se encargaron de minar la institucionalidad, eliminaron toda iniciativa de mejora para que su plan tenga efecto, y sí que lo tuvo, 20 años de gobernar mi país.
No quiero que quede flotando en el aire el tema y enumerare algunos ejemplos de proyectos, iniciativas o acciones insolentes emprendidas por faltos de saber:
En fin, me quedo corto, pero son un sinnúmero de iniciativas diseñadas por incompetentes que se creían muy competentes y que hoy pagamos las consecuencias de esa audacia e insolencia y de nuestro propio sesgo cognitivo.
Muchas Gracias
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