Los acontecimientos del 30 de septiembre de 2010 son muy importantes para quienes queremos construir en lugar de destruir, sumar en lugar de restar, potencializar en lugar de dividir. Digo esto por qué las cuentas claras nos eximen de dar muchas innecesarias explicaciones.
Muerte súbita – no muerte cruzada, participación activa – no participación, subordinación – insubordinación, obediencia – desacato, brutalidad – calma, acuerdo – negación, credibilidad – abuso, amor – odio, Caín – Abel. No puedo pensar que la brutalidad se la resuelva con más brutalidad, la fuerza con más fuerza, la irracionalidad con más irracionalidad; sino más bien, todo lo contrario, por algo dicen que las almas gemelas no son la recomendación para una vida plena, sino más bien todo lo contrario. Tener predisposición empatía y compasión para lograr sinergias y acuerdos.
Buen Gobierno es aquel que logra que sus ciudadanos participen de forma activa pero con respeto a la Ley y para ello quien debe dar ejemplo es la cabeza más visible de la sociedad, sus gobernantes y me refiero a todos no a uno en particular, pues todos deben ser conscientes de las consecuencias que acarrea una actuación pública. Las positivas (participaciones) suman adeptos que quieren seguir su ejemplo, las negativas también suman adeptos que no quieren seguir su ejemplo, pero si sus procedimientos. Lo hacen directamente y estas acciones son la semilla del desorden, de la corrupción, de la frustración social. Una vez germinada (la frustración social) es muy difícil taparla con tierra, eliminar con conversaciones, o quemarla; lo encomiable es comprenderla para poder sofocarla y con el ejemplo y los logros de los acuerdos, desaparecerla. Esto, entre otras cosas, es lo que debería emprender un buen gobierno.
Las actuaciones desacertadas son contraproducentes y negativas en la mayoría de los casos, por ello se demanda mucho tino y sensibilidad para decidir actuar, más aun siendo un representante político público.
De lo que, según la prensa, era una demanda de mejoras en la gestión policial y militar, por su particularidad que los civiles ignoramos, terminamos en un, según la misma fuente, golpe de estado. Mi pregunta es ¿Cómo fue posible que termináramos siendo testigos de una intervención extremadamente violenta y armada de los militares con, según la misma fuente, ayuda de grupos policiales para rescatar al presidente de los secuestradores que querían dar un golpe de estado a la democracia ecuatoriana? Trato de encontrar respuestas a esta incógnita mía. Talvez la falta de entendimiento, la falta de comprensión política, mi cacumen limitado no me ayuda a tener clara la película.
En primer lugar, creo que la mayoría de la población ecuatoriana está en desacuerdo con esa forma presidencial y hasta legislativa de gestionar los temas con una beligerancia y egoísmo particular que ha exacerbado los ánimos de todos, a los que me referí al inicio de los que queremos sumar y no restar, potenciar y no dividir. Resultado claramente visible las protestas cada vez son más violentas y debemos estar preparados para estas intervenciones más violentas, pero no con más violencia.
En segundo lugar, la democracia no solo es que voten más personas o que con un proceso de cambio, amañado en la base jurídica, busquemos mantenernos en el poder por el voto popular. La democracia implica participación, proactividad, responsabilidad, compromiso y exigencia de cuentas, pero con altura, respeto a la ley y a la institucionalidad. Esto no existe en Ecuador, no estamos viviendo una democracia plena sino más vale un aprovechamiento político por las falencias dificultades que enfrentan los grupos vulnerables que ya no saben en quien creer.
Que tenemos que aprender, tenemos que aprender, por ello debemos reflexionar seriamente despojándonos de nuestra camiseta o sombrero o camisa sin cuello o corbata. Debemos reflexionar para que nuestra experiencia sea más rica y que está constituya el legado para las futuras generaciones. El proceso participativo se ha mal usado y por ello nos equivocamos. La protesta policial (30S) con el apoyo de la fuerza aérea (en el aeropuerto) y la infantería (en la Recoleta) en Quito es la mejor muestra de que el proceso participativo no existe. Si la mayoría no comprendió bien es por qué el proceso no fue bien realizado, así de simple. Entonces aceptamos él error y no perdemos nada haciéndolo de nuevo, pero bien. Es decir construyendo no destruyendo.
En tercer lugar, el protagonismo surte efecto algunas veces pero, otras no, y la sabiduría de un estadista es esa, saber cuándo ser protagonistas o quedarse tras bastidores. En qué momento juego ese papel que la sociedad demanda. Si me equivocó pido disculpas y san se acabó. Acepto mi error porque errar es humano y pedir disculpas o perdón es madurez y demostrar el firme propósito de no volver a cometer esos errores.
En cuarto lugar, la teoría y también la evidencia empírica dice que, no debemos agotar las alternativas de negociación en la primera oportunidad, pues si no resulta positiva ya no hay más negociaciones y será muy difícil lograr un acuerdo. La Presidencia de la República siempre es la última instancia interna de nuestro país y para nuestros conflictos. Por ello, debe ser la última en ser usada para lograr una negociación, no la primera. El 30S y Octubre 2020 creo que me dan la razón, el Presidente, en los dos escenarios, decidió resolver el tema por sí mismo y terminó en un famoso rescate violento y armado que lo devolvió, más afectado que sano y, salvo a Carondelet. Y en el otro se resquebrajo la democracia en el país.
En quito lugar, la institucionalidad ecuatoriana sigue fallando y este es un problema muy serio. ¿Dónde estuvo la seguridad de la Presidencia de la República, no del Presidente persona, de la Presidencia de la República en el 30S? ¿Por qué se permitió que la PERSONA ponga en juego LA INSTITUCIONALIDAD? ¿Por qué el jefe de seguridad no evitó que ponga en peligro la democracia ecuatoriana?¿Qué hubiera sido del Ecuador si algún desadaptado más violento que el que tiró la bomba lacrimógena, hubiera utilizado un arma para matar al Presidente? Con la exposición que tuvo a la turba muy fácil hubiese sido que un infiltrado o un mafioso contratado lo disparasen a matar. Que cerca estuvimos de ser testigos de un auto asesinato que nos hubiese sacado del contexto mundial sin perdón alguno, que cerca estuvimos para que todas las futuras generaciones nos culpasen de haberles mutilado sus potencialidades y sus oportunidades. Que cerca estuvimos, menos mal que al parecer el propósito no era matar al Presidente, menos mal. Que cerca estuvimos de un desastre política sin saber ni leer ni escribir políticamente hablando. En Octubre 2020 los zánganos o infiltrados cometieron todos los actos vandálicos que se pueden imaginar y quedaron impunes. ¿Dónde está la institucionalidad?
En sexto lugar, la Constitución establece que los culpables de atentar contra el orden público o la propiedad pública, deben aceptar la sanción correspondiente. Seguro que la tropa de la policía y de las FFAA serán sancionados por el evento, pero y el Presidente por su acto tan especial, para no decir otra cosa, ¿tendrá una sanción, una llamada a rectificar, una reflexión sobre sus métodos de gobernar? Una Asamblea sin legitimidad sancionó a la Ministra de Gobierno por unas bombas caducadas? Está claro también que se requieren algunas precisiones para salvaguardar la institucionalidad de manera íntegra y ello pasa por cambiar la forma de hablar con TODOS los ecuatorianos, no solo con los miembros de organizaciones políticas y sociales, sino con todos nosotros. Olvidarse del sectarismo pues es pernicioso e inadecuado. Ecuador está inmerso en una frustración social y política muy profunda los resultados electorales son un claro mensaje, por su puesto al que sabe interpretar.
Debemos encontrar estrategias de solución a los problemas de las crisis recurrentes, pero siempre seguir construyendo no destruyendo. Este es mi llamado, no destruyamos lo que hemos logrado hasta hoy, sigamos adelante pero reflexionando sobre lo actuado y corrigiendo lo necesario, el futuro de nuestra patria y de nuestras generaciones nos demanda un actuar más apropiado.
Asumamos nuestra culpa, nuestros errores y hagamos el firme propósito de enmendar luego de reflexionar. No le echemos la culpa a cualquier otra persona, apropiémonos de nuestros deberes y nuestras obligaciones. No regresemos a ver al primero que le podemos culpar y si a esa personas no pues a otra. No, no le echemos la culpa a Athabálipa asumamos nuestra parte en la culpa. Athabálipa busco mejores días para su pueblo, no es culpable de nuestra situación, NO!!!!
*Athabálipa, hombre de mucho valor. Alejandro La Torre. Atawuallpa (Santo Tomás), cambiado por Atahualpa nombre puesto por los españoles, andescotopaxi.com enero 19, 2020, un visionario. Comprendió que podría conquistar más territorios si sus guerreros aprendían a fabricar armas, escudos y barcos, para lo cual dicen que ofreció a los españoles sus riquezas a cambio del conocimiento; pero, los españoles traicionaron reiterativamente dejándolo sin alternativa alguna que la muerte.
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