Una senadora opositora podría asumir la presidencia de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales, quien abandonó el poder presionado por la oposición y las Fuerzas Armadas dejando un vacío institucional. Los funcionarios que estaban en la orden de sucesión para asumir la Presidencia bajo la Constitución -el vicepresidente, el presidente del senado y el presidente de la cámara baja- también renunciaron.
Frente al vacío de poder, la senadora Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, dijo que podría asumir la presidencia de Bolivia para liderar el período de transición que se impone en el país. “Estaré el lunes [11 de noviembre] en La Paz para asumir formalmente la responsabilidad siguiendo el orden de sucesión, con objeto de convocar a nuevas elecciones”, dijo la legisladora Áñez a la cadena de televisión Unitel.
“Voy a asumir el reto solamente para estar lo necesario para llamar a elecciones transparentes, para que los bolivianos tengan la certidumbre de que su voto va a ser respetado”, dijo Añez.
Al llegar al aeropuerto de El Alto, cerca de La Paz, Añez fue llevada por un helicóptero de la Fuerza Aérea a una academia militar, desde donde sería trasladada al Congreso. La Asamblea Legislativa debe aceptar formalmente la renuncia de Morales, por lo que el opositor Carlos Mesa -quien resultó segundo en los comicios de octubre- pidió el lunes a la policía y a los manifestantes que están en las calles que permitan el arribo de los legisladores.
El órgano legislativo recibió el lunes la carta de dimisión de Morales, en la que denuncia persecuciones de “los golpistas” a sus aliados y familiares.
Según la normativa boliviana, en ausencia del presidente y el vicepresidente -quien renunció junto con Morales-, el jefe del Senado se haría cargo provisionalmente de conducir el país y, de no poder, debería hacerlo el titular de la Cámara de Diputados. Pero el domingo ambos dimitieron, como también el vicepresidente del Senado.
La crisis se aceleró en la mañana del domingo con un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señaló que las elecciones del 20 de octubre deberían ser anuladas para dar paso a nuevos comicios, luego de haber encontrado “irregularidades” que cuestionaron la victoria de Morales.
El lunes la OEA pidió que, frente a la “crisis política e institucional”, se reúna la Asamblea Legislativa “en forma urgente” para nombrar nuevas autoridades que garanticen un nuevo proceso electoral.
La situación generó preocupación y críticas en todo el continente, donde muchos líderes consideraron que hubo un golpe de Estado contra Morales. México, Venezuela y el presidente electo de Argentina, entre otros, respaldaron al líder indígena. En tanto, Rusia acusó a la oposición boliviana de desatar una ola de violencia en el país.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dejó entrever satisfacción en su cuenta de Twitter: “Gran día”, tuiteó el domingo el mandatario.
La senadora Áñez, miembro de la alianza opositora Unidad Demócrata, es una abogada que desde 2010 desempeña el cargo de vicepresidenta y senadora en la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, en representación del Departamento del Beni. Obtuvo el escaño como candidata del Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN), integrante de la mencionada alianza.
Ha sido una dura crítica al gobierno de Morales, acusándolo de querer “perpetuarse en el poder” y de “tener al país en esta situación por querer sumar un cuarto mandato”.
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