La fuerza electoral de Jair Bolsonaro (PSL) en la primera vuelta de las elecciones en Brasil, cuando obtuvo el 46% de los votos, generó una ola de adhesión de políticos y empresarios, pero el núcleo duro de su futuro gobierno estará compuesto por cuatro aliados que se acercaron al candidato antes de que su campaña despegara en las encuestas.
¿Quiénes son los cuatro hombres fuertes del próximo gobierno de Brasil, que -según prometió Bolsonaro- tendrá la mitad de ministerios que el gobierno actual?
Onyx Lorenzoni, el articulador
Fue uno de los más fervientes opositores al Partido de los Trabajadores (PT) en la Cámara de Diputados y un partidario de primera hora de la candidatura de Bolsonaro.
Lorenzoni, quien fue reelegido como diputado federal por el partido de centroderecha Demócratas (DEM-RS), ocupará el cargo de ministro jefe de la Casa Civil (jefe de Gabinete) en el nuevo gobierno.
Yendo en contra de su partido, que en primera vuelta apoyó la candidatura de Geraldo Alckmin (PSDB), el parlamentario gaúcho (del sur) es el articulador de la campaña del presidente electo desde 2017.
Hace aproximadamente un año comenzó a organizar cenas en su casa en Brasilia con el fin de atraer a otros parlamentarios y construir un frente suprapartidista de apoyo al capitán retirado.
Lorenzoni, de 64 años, es médico veterinario e inició su vida política como dirigente de entidades de ese rubro en Rio Grande do Sul.
Es socio del Hospital Veterinario Lorenzoni donde, por más de 20 años, actuó como clínico y cirujano de pequeños animales.
Tras dos mandatos como diputado estatal llegó en 2003 a la Cámara de Diputados Federal, donde se hizo amigo de Bolsonaro. Llegaron a ser compañeros de partido por un período.
“Es un poco radical, tiene algunas ideas con las que estoy en desacuerdo, pero es una persona que respeto. Lideré a Bolsonaro cuando fui jefe de los Demócratas en 2008. Conmigo se sacó un diez”, dijo en una entrevista en abril de 2017 al portal Congreso en Foco.
Al igual que el presidente electo, el parlamentario batalló en la Cámara por la flexibilización del Estatuto del Desarme y por la aprobación del impeachment de la entonces presidenta Dilma Rousseff (PT).
Abogó por que su partido no asumiera cargos en el gobierno Michel Temer (MDB) pero su postura fue vencida.
A finales de 2016 se destacó como relator del proyecto de ley elaborado por el Ministerio Público que se conoció como Diez Medidas contra la Corrupción.
A pesar de su postura que promueve la moralidad en la administración pública y en la política, fue citado en la investigación de la empresa JBS por presuntamente haber recibido unos US$55.000 para la caja electoral.
Lorenzoni admitió que recibió recursos no declarados para cubrir gastos de campaña, según él por la mitad de ese valor, pero afirmó que no hubo contrapartida a esa donación, ni dinero público involucrado.
Después de esa revelación, se tatuó en el brazo el versículo bíblico: “Conocerás la verdad y la verdad te liberará”.
“¿Por qué lo he tatuado? Para nunca más equivocarme”, dijo en una entrevista a una cadena de televisión de Cachoeira do Sul.
“En vez de llevar una mancha de por vida, decidí tener una cicatriz”, agregó.
Paulo Guedes, el superministro
El economista liberal Guedes -que se hizo conocido en la campaña por ser la referencia para cualquier cuestión económica llevada a Bolsonaro – asumirá un superministerio de Hacienda, que incorporará las carteras de Planificación, Industria y Comercio, además de la secretaría que hoy cuida las concesiones y privatizaciones.
La fusión forma parte de la promesa del presidente electo de reducir el número de ministerios de 29 a 15. Guedes es un ferviente defensor de la reducción del tamaño del Estado y promete reducir los gastos en más de US$27.000 millones en un sólo año, gracias a un amplio programa de privatizaciones.
El economista ya declaró que le gustaría vender todas las empresas estatales, sin restricciones, pero Bolsonaro quiere preservar las que considera “estratégicas”, como Petrobras, el Banco do Brasil y la Caixa Econômica.
“Más Brasil y menos Brasilia”, resumió en un artículo el año pasado, en el que criticó la “concentración de poder político y recursos financieros en el gobierno federal”.
Carioca, nacido en 1949, Guedes dejó Brasil en los años ’70 para hacer un doctorado sobre política fiscal en la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, una referencia en la enseñanza de la economía liberal.
De allí salieron los llamados Chicago Boys, el grupo de economistas que actuó en el gobierno de facto del chileno Augusto Pinochet (1973-1990).
Por invitación de uno de ellos, Jorge Selume, Guedes fue profesor de la Universidad de Chile a principios de los años 80, según un perfil de la revista Piauí.
Luego regresó a Brasil, donde desarrolló una carrera en el mercado financiero y en el área de educación. En 1983 fundó el banco Pactual, hoy BTG Pactual, del cual ya se ha distanciado. Hoy es presidente de Bozano Inversiones, puesto que dejará para integrar el nuevo gobierno.
Según los periódicos brasileños, el Ministerio Público Federal comenzó a principios de mes una investigación para determinar si Guedes cometió fraude al administrar US$276 millones captados en 2009 junto a fondos de pensión estatales e invertidos en dos fondos de la gestora BR Educativa.
La defensa del economista negó cualquier ilegalidad y dijo que la investigación “es una afrenta a la democracia y su principal objetivo es confundir al elector”.
La aproximación con Bolsonaro ocurrió a finales de 2017, cuando el entonces precandidato subía en las encuestas, pero aún estaba lejos de despuntar como favorito. El economista, sin embargo, ya veía el potencial victorioso del ahora presidente electo y pasó a externalizar eso en artículos.
Los textos atrajeron la atención de Bolsonaro, quien necesitaba un interlocutor para conquistar la confianza del mercado financiero. La estrategia funcionó.
General Heleno, la línea dura
El general de reserva Augusto Heleno Ribeiro casi fue candidato a vicepresidente de Bolsonaro en lugar del general Hamilton Mourão, pero la intención fue frustrada porque iba en contra de la estrategia electoral de su partido, el PRP.
En una entrevista al diario nacional luego de la primera vuelta, Bolsonaro llegó a referirse dos veces a su vice erróneamente como “Augusto”.
Heleno, que es general de cuatro estrellas (general de Ejército, al tope de la jerarquía), asumirá el mando del Ministerio de Defensa, sustituyendo al general Joaquim Silva y Luna. Antes de este, el cargo siempre había sido comandado por civiles.
El futuro ministro se formó en la Academia Militar de las Agujas Negras ocho años antes que Bolsonaro.
Se hizo conocido públicamente cuando fue nombrado el primer comandante militar de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah), liderada por Brasil, cargo que ocupó de 2004 a 2005.
Después, asumió en 2007 el Comando Militar de la Amazonía (CMA), uno de los puestos más prestigiosos del Ejército. Menos de dos años después, sin embargo, fue removido tras describir como “caótica” la política indigenista del gobierno de Lula (2003-2010) y decir que la demarcación de la reserva Raposa-Serra del Sol era una” amenaza a la soberanía nacional “.
“Las demandas de tierras indígenas se basan en informes antropológicos falsos. Los indios siguen abandonados y sirven como excusa para los intereses de ONG extranjeras “, afirmó, cuando ya estaba jubilado, en una entrevista.
En su discurso de despedida del Ejército, en 2011, elogió el golpe militar de 1964al referirse a la memoria de su padre, quien también sirvió en las Fuerzas Armadas: “Luchaste, en 1964, contra el comunismo y me enseñaste a identificar y repudiar a los que se valen de las libertades democráticas para intentar imponer un régimen totalitario, de cualquier matiz “.
Es señalado como consejero de Bolsonaro en el área de seguridad y, como él, defiende que los policías tengan poder para ejecutar a criminales armados. “Yo voy a haber muerto sí, pero voy a haber muerto del lado correcto”, afirmó en una entrevista con la radio BandNews a principios de año.
Gustavo Bebianno, el escudero
El actual presidente del Partido Social Liberal (PSL) es una figura reciente en el entorno de Bolsonaro, donde ascendió rápidamente como uno de los principales interlocutores del futuro presidente.
El abogado carioca de 54 años comenzó a buscarlo con insistencia a partir de 2015 y pasó a asesorarlo jurídicamente de forma voluntaria en 2017. En sus declaraciones públicas, queda clara su devoción al nuevo presidente.
“Pocas personas conocen el corazón de Jair Bolsonaro y su capacidad para enfrentar desafíos, su resiliencia… En la convivencia del día a día mi admiración no ha hecho más que aumentar. Hoy puedo decir que estoy, de forma hetero, enamorado de Jair Bolsonaro“, dijo en julio, en el lanzamiento oficial de la candidatura.
Aunque repite con frecuencia que nunca fue político o que no le gusta la política, participó en la negociación que selló la entrada de Bolsonaro al PSL en enero de este año, para disputar la elección.
Fue elegido entonces para asumir la presidencia del partido en el lugar de su fundador, Luciano Bivar, y condujo la victoriosa campaña al Planalto.
Cuando el entonces candidato fue acuchillado a principios de septiembre, su fiel escudero lo acompañó cuando fue operado, junto a Carlos, uno de los hijos del presidente electo.
Ahora se espera que Bebianno devuelva el mando del PSL a Bivar y ejerza algún cargo de relieve en el nuevo gobierno. Su nombre ha sido mencionado para el Ministerio de Justicia -cartera que perdió relevancia en el gobierno de Michel Temer con la creación del Ministerio de Seguridad Pública- pero el nombramiento no ha sido confirmado.
Antes de dedicarse a la política fue director jurídico del Jornal do Brasil y socio del estudio de abogados Sergio Bermudes, uno de los más tradicionales de Río de Janeiro.
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