Iván Duque asumió la Presidencia de Colombia con cierta cantidad de retos que son importantes. El primer mandatario recibe el paìs con un acuerdo de paz finalizado con la exguerrilla de las Farc, algunos avances en las negociaciones del acuerdo de paz con el ELN, una membresía como socio global en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la adhesión de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre otros significativos.
Queda claro que frente a los desafíos del segundo presidente más joven de esta nación, por detrás de Eustorgio Salgar (1870), y el más votado en la historia de la nación colombiana (10 millones de votos) debe combatir varias problemáticas. Algunas consideradas como consecuencia de la gestión del presidente saliente Juan Manuel Santos.
Luego de la violencia producto de la guerrilla y del narcotráfico, la primera medida a trabajar es la de reducir los indices de pobreza de la nación. En Colombia existen zonas desarrolladas pero también hay zonas absolutamente pobres. Pienso que las fórmulas de diálogo no remediaran la situación. Duque deberá arbitrar las mejores medidas para combatir dichos flagelos.
La problematica fronteriza que vive Colombia debido a la crisis que atraviesa Venezuela, es otro de los desafíos que tendrá Ivàn Duque. Sin embargo, habrá que ver cual será su actitud frente a las acusaciones de Nicolás Maduro al ex presidente Juan Manuel Santos. Se entendería un cierre fronterizo. Pero, considero preocupante que se llegue a pensar en hacerlo, sobretodo por la sensación de abandono en la que se encuentra la población venezolana. En todo caso, queda esperar la repuesta del nuevo mandatario colombiano y la de los otros presidentes latinoamericanos para tomar decisiones de fondo ante los organismos internacionales.
Ahora Duque es el jefe de Estado y está por verse cuál será el rol que asumirá Uribe en este nuevo gobierno. Su periodo presidencial podría estar marcado por combatir la violencia. Si Duque apunta hacia este camino con beligerancia, con las Fuerzas Armadas y la seguridad como eje de su gobierno igual van a decir que sigue sus pasos. De todos modos, el nuevo mandatario deberá hacer frente a los procesos judiciales de Uribe, quien fue llamado a indagatoria por parte de la Corte Suprema debido a un caso de supuesta manipulación de testigos.
Queda sobrenadando, también vinculado a los problemas mencionados, el tema del narcotráfico que parece haber tenido una pequeña disminución en Colombia. Por lo demás, la rutina de la nación está muy bien en materia de educación, salud y relaciones internacionales. Son puntos positivos que el nuevo mandatario debe continuar mientras que la pobreza extrema y el tema de la guerrilla que sigue en acción son los que podrían desacreditar la nueva gestión del mandatario.
Ecuador debe tener claro que para superar el episodio de alias Guacho se debe tener una clara política pública con respecto a la frontera norte. El tema que parece estaba superado vuelve encender un conflicto entre Colombia y Ecuador solo porque el gobierno anterior no actuó como tenía que hacer. La persecución de esta nueva figura, tras el secuestro y la ejecución de los periodistas del diario El Comercio, debería ser una política de Estado y no un asunto solo de coyuntura.
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