La Unión Europea criticó el lunes al gobierno de Donald Trump por ponderar aranceles sobre las importaciones de automóviles, diciendo que pudieran llevar a una represalia global contra unos 300.000 millones de dólares en productos estadounidenses.
La tensión comercial sigue creciendo, ya que a partir del 6 de julio entran en vigor tanto las nuevas tarifas establecidas por EEUU para algunos países como China como las que éstos, en represalia, han establecido para algunos productos estadounidenses. Según publicaba Axios este domingo, la Administración Trump está buscando la forma de redactar un proyecto de Ley que permita a la Casa Blanca incrementar los aranceles comerciales sin el consenso del Congreso.
De salir adelante, esto significaría que Estados Unidos actuaría fuera del protocolo establecido por la Organización Mundial del Comercio. Según Financial Times, Washington podría recibir aranceles por valor de hasta 300.000 millones de dólares (alrededor de 19% del total de exportaciones de Estados Unidos en el 2017) si Washington sigue adelante con sus aranceles contra los fabricantes de automóviles de la Unión Europea (UE).
Trump ha comentado que la amenaza de tarifas al sector del automóvil es su principal baza para negociar nuevos acuerdos comerciales con sus socios, en especial con la zona euro.
El portavoz de la Comisión Europea Margaritis Schinas dijo que la investigación estadounidense de la posibilidad de aranceles automovilísticos “carece de legitimidad, base real y viola las reglas internacionales de comercio”, lo mismo que las tarifas impuestas el mes pasado por Washington a las importaciones de acero y aluminio.
La UE le envió comentarios a Estados Unidos sobre si las importaciones de autos representan una amenaza tal a la seguridad nacional estadounidense para justificar los aranceles.
Trump argumentó razones de seguridad nacional para los aranceles previos. La UE, que dijo que la medida es “puro proteccionismo”, impuso aranceles de represalia contra productos estadounidenses, como lo hicieron también México, Canadá, Turquía e India.
“Los autos europeos no amenazan ni dañan la salud ni la industria y la economía estadounidenses”, dijo Schinas, que hizo notar que los productores europeos de autos crean más de medio millón de empleos en Estados Unidos.
En sus comentarios, la UE argumenta que las restricciones comerciales casi seguramente llevarían a costos más elevados para productores basados en Estados Unidos y se convertirían en efecto en un impuesto para los consumidores estadounidenses. Eso sería agravado por las medidas que seguramente impondrá en respuesta el bloque de 28 naciones y otros socios comerciales.
La UE respondió a los aranceles sobre el acero y el aluminio con impuestos a productos estadounidenses valorados en 2.800 millones de dólares. El bloque dijo que la industria automovilística estadounidense goza de buena salud, pero que cualquier medida restrictiva pudiera minar esa tendencia.
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