Cada 4 años, en el mes de junio, resulta imposible reunirte con un grupo de amigos y no hablar del mundial de fútbol, un espectáculo deportivo que atrae la atención de millones de personas alrededor del mundo. Este evento se convierte en una gran oportunidad para que los organizadores puedan promocionar al mundo los diferentes atractivos que poseen, entre ellos: hoteles, restaurantes, museos, paisajes, etc. Sin duda terminan incrementando la cantidad de turistas que visitarán el país sede: antes, durante y después de la cita deportiva.
Al último mundial de fútbol realizado en Brasil, un país futbolero por tradición y ganador de cinco mundiales de fútbol, acudieron un total de 1.432.462 turistas extranjeros. Como dato, se puede destacar que durante los 30 días que duró la cita deportiva los estadios donde se desarrollaron los encuentros deportivos llegaron a tener una capacidad del 98%, obteniendo una calificación de la presidencia de la FIFA de 9.25 sobre 10.
Una cifra que llama mucho la atención es que la organización de la Copa del Mundo le costó a Brasil 15.000 millones de dólares, algo así como 77 dólares a cada uno de sus 194 millones de habitantes. Pero que al final según declaraciones de su presidenta valió la pena hacerlo por la cantidad de turistas que visitaron y continúan visitando el país.
Un dato curioso que fue bien visto por turistas nacionales y extranjeros es el hecho que Brasil concedió el pedido de la FIFA, modificando las leyes para que se pueda vender bebidas alcohólicas en los estadios durante los partidos del mundial. Sin duda, el pedido llegó porque en países europeos se acostumbra a beber cerveza en los estadios, esto garantizó una fiesta dentro y fuera de la cancha.
Pero no toda la sociedad brasileña respaldó la organización del mundial, evidenciando su descontento a través de manifestaciones. Una encuesta realizada por Pew Research Center realizada en el año 2014, dio como resultado que, el 60% de los encuestados consideraba que no era el momento para albergar este acontecimiento. La encuesta se la aplicó personalmente a más de 1.000 adultos brasileños que indicaron su preocupación por el incremento de la inflación en virtud de la llegada de turistas nacionales y extranjeros a las ciudades sedes.
Otro punto negativo fue lo ocurrido en el operativo denominado “Ocupación de las favelas”, en el documental The Price of the World Cup, escrito por Mikkel Keldorf, afirma que en Metro-Mangueira, la favela ubicada justo a la entrada del estadio Maracaná, alrededor de 600 familias fueron desalojadas para dar paso a la construcción de un estacionamiento para el mundial; algo similar ocurrió en Providencia a 5 Km. de Maracaná donde se desalojó a 150 familias para poder construir el teleférico que sirvió de transporte a turistas desde el centro de Rio de Janeiro a la cima de Providencia.
En Fortaleza una ciudad ubicada al norte de Brasil con una población de tres millones, cuenta, entre otros atractivos, con una de las playas más hermosas del mundo recibiendo una gran cantidad de turistas, se presentó el siguiente inconveniente: el presidente de la Comisión por los Derechos Humanos de Río de Janeiro, Marcelo Freixo (2014) afirmó que entre policías, militares y seguridad metropolitana realizaron una tarea de exterminio en las calles que tenía como propósito “eliminar aquello que consideran indeseable” para dar la impresión de seguridad a todos los turistas del mundo.
Lo descrito se convierte en un pequeño abrebocas que servirá de preparación a todas las personas que se movilizarán por Rusia, en las 11 ciudades sede en su edición número 21, desde el 14 de junio hasta el 15 de julio de 2018.
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