Carlos Ochoa, extitular de la Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom), fue censurado por la Asamblea Nacional tras una maratónica jornada que continuará mañana con la declaración del mazapán como patrimonio del país. Ochoa intervino durante 14 minutos para asegurar que se va con la frente en amplio.
“He sido convocado por cumplir la ley (de Comunicación), una ley que valga la pena recordar aprobó esta Asamblea, incluso algunos de los que la aprobaron aún ocupan su curúl. Ese es mi delito, cumplir con la ley que ustedes aprobaron -dijo-. Yo no he traicionado a nadie… Concluyo las funciones con la frente en amplio, amplia, en alto, mirándoles a la cara. ¿Pueden ustedes hacer lo mismo? Vuelvo a mi pueblo, al que me debo, como el periodista sencillo y altivo que soy, al que no pudieron amedrentar”.
La lectura del informe del proceso duró casi tres horas, culminó a las 19:49. El texto contenía 85 páginas. Ochoa empezó su defensa a las 19:50 y la terminó a las 20:04, según el portal de El Comercio. “Soy culpable de actuar con mano firme y sentido de justicia para sancionar a medios que ofendían a la gente, a la mujer, de reducir la violencia, de impedir la difusión de imágenes dolorosas y de defender los derechos de las minorías”.
El siguiente en hablar en el Pleno fue Fabricio Villamar, asambleísta por Creo-SUMA. El legislador responsabilizó a Ochoa “de haber incurrido en abuso de autoridad, de implementar un modelo restrictivo de derechos”. Villamar agregó que la Asamblea censura a Ochoa “por amedrentar a medios por pensar diferente, violentar los derechos humanos, prepotente y arbitrario”.
Homero Castanier, de la misma bancada, dijo que el exsuperintendente “no solo irrespetó normas constitucionales, los derechos humanos, atribuciones como servidor público, sino también logró beneficios propios como persona natural, (…) actuó con discrecionalidad y permitió que en las sabatinas se expresen más de 170 insultos discriminatorios”.
Una vez destituido -y con una virtual censura política encima- el exfuncionario todavía tiene pendientes dos posibles sanciones: una por su administración en la Supercom y otra por su trabajo en el canal incautado Gamavisión. En el caso del canal y el examen de Contraloría que devino en su destitución, el exfuncionario todavía no ha logrado desvirtuar dos glosas por $122.185. Hasta este domingo se debe concretar si Ochoa tendrá que pagarlas o no. Además, tiene una denuncia por la presunta falsificación y uso de documento falso.
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