Un hombre armado mató a cinco personas e hirió a otras ocho el viernes en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale, al norte de Miami. Según el Nueva Herald, el incidente obligó al cierre del aeropuerto, y al poco tiempo se expandió el caos después que se reportó que había un segundo hombre armado en la terminal.
El presunto atacante fue identificado como Esteban Santiago, al parecer un pasajero en un vuelo que llegaba de Canadá. Al parecer, el atacante llevaba un arma dentro del equipaje que facturó en el vuelo. Después de recoger su maleta, se cree que fue a un baño y cargó el arma. Después de salir del baño, se dirigió al área donde se recogen las maletas y comenzó a disparar.
Un testigo afirmó a la cadena MSNBC que el tirador abrió fuego de improviso contra pasajeros que estaban esperando a recoger sus maletas. El senador de Florida Bill Nelson dijo que el atacante portaba una identificación militar y se especula que se trata de una persona con problemas mentales.
El supuesto responsable fue arrestado sin sufrir daños físicos y sería interrogado por agentes del FBI. El aeropuerto, por el que pasan cada día entre 80 mil y 100 mil viajeros, ha cancelado sus operaciones.
El tiroteo ocurrió en la zona de recogida de equipaje de la terminal 2 del aeropuerto y provocó instantes de pánico y carreras. Cientos de pasajeros y empleados del aeropuerto fueron evacuados a las pistas del aeródromo. Las imágenes de televisión mostraron el momento en que los paramédicos transportaban a uno de los heridos, que iba en camilla sangrando.
El presidente electo Donald Trump escribió en Twitter: “Monitoreando el terrible suceso de Florida. Acabo de hablar con el Gobernador Scott. Nuestros pensamientos y plegarias están con ellos”. En la misma red social el exsecretario de prensa de la Casa Blanca con George W. Bush Ari Fleischer, que estaba allí, alertó: “Estoy en el aeropuerto de Fort Lauderdale. Acaban de disparar. Está todo el mundo corriendo”.
Según un comunicado de la Administración Federal de Aviación (FAA, siglas en inglés), los aviones programados para aterrizar en el aeropuerto de Fort Lauderdale-Hollywood que estuvieran a más de 50 millas fueron desviados a otros aeropuertos. Aquellos vuelos dirigidos al aeropuerto que aún no hubieran salido serán cancelados.
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