El Gobierno de Estados Unidos anunció un incremento arancelario del 50 % a una lista de productos brasileños, incluyendo acero, etanol y varios alimentos procesados. La medida, promovida bajo el argumento de proteger la industria norteamericana, fue recibida con indignación por parte del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien calificó la decisión como “un ataque a la soberanía económica de Brasil”.
En una rueda de prensa urgente, Lula anunció que su gobierno responderá con contramedidas comerciales y buscará fortalecer sus alianzas con China, India y otros socios del BRICS. “No aceptaremos imposiciones unilaterales ni presiones políticas enmascaradas de proteccionismo”, expresó el mandatario.
La embajada de EE. UU. en Brasilia defendió la decisión, alegando que el país sudamericano ha mantenido prácticas desleales de comercio en algunos sectores, como subsidios agrícolas e intervención estatal en exportaciones estratégicas.
El conflicto se da en medio de una creciente tensión entre ambos países, que en meses recientes ya han tenido roces diplomáticos por temas ambientales, cooperación militar y acuerdos energéticos.
Economistas brasileños advierten que la medida podría impactar significativamente las exportaciones y provocar represalias que afecten a empresas estadounidenses en América Latina. Varios analistas alertan que esto podría desencadenar un ciclo de represalias con efectos regionales.
Relevancia para Ecuador:
Ecuador, que mantiene relaciones con ambos países, debe observar con atención este conflicto comercial. Un escalamiento podría alterar mercados internacionales y abrir oportunidades o desafíos para los productos ecuatorianos en las cadenas globales.
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Asdrúbal