Washington (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó este jueves con la posibilidad de retirar todos los subsidios y contratos gubernamentales cerrados con el magnate Elon Musk tras la disputa desencadenada entre ambos por el plan fiscal.
«La manera más fácil de ahorrar miles de millones de dólares en nuestro presupuesto es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon. ¡Siempre me sorprendió que (Joe) Biden no lo hiciera!», señaló el líder republicano en su red social, Truth Social.
«Elon y yo teníamos una gran relación. No sé si seguirá así. Me sorprendió. (…) Estoy muy decepcionado porque Elon sabía los pormenores del proyecto de ley mejor que nadie», dijo previamente el líder republicano ante la prensa junto al canciller alemán, Friedrich Merz, en el Despacho Oval.
SpaceX es la empresa controlada por Musk con más contratos con el Gobierno estadounidense.
El más jugoso es el que obtuvo el pasado abril por valor de 5.900 millones de dólares con la Fuerza Espacial para el lanzamiento de satélites y misiones durante los próximos cinco años utilizando los cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy de la compañía.
Starlink, la subsidiaria de SpaceX dedicada a las telecomunicaciones, también mantiene varios contratos con el Ejecutivo estadounidense, desde el suministro de servicios a las fuerzas armadas de Ucrania (537 millones de dólares) hasta el desarrollo de comunicaciones seguras para las agencias de inteligencia de Estados Unidos.
A su vez, Tesla, la empresa que ha proporcionado a Musk gran parte de su fortuna, también puede sufrir la ira de Trump. En febrero se supo que el Departamento de Estado había reservado 400 millones para la compra de centenares de unidades de la camioneta ‘pick-up’ Cybertruck, aunque en estos momentos se desconoce el estatus de ese contrato.
Justamente, Tesla cayó un 14 % este jueves en bolsa tras tensarse la disputa dialéctica entre el magnate y el presidente.
Luego de las declaraciones iniciales de Trump, Elon Musk ha respondido en distintos mensajes en los que ha venido subiendo el tono, hasta el punto de asegurar que el presidente figura en los archivos de Jeffrey Epstein, que contienen supuestamente los nombres de sus cómplices.
«Es hora de lanzar la gran bomba: Trump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos», publicó Musk en X, su red social.
Jeffrey Epstein, un multimillonario que mantenía estrechos vínculos con figuras influyentes de la política y las finanzas en Estados Unidos, se suicidó en agosto de 2019 en una cárcel de Nueva York, semanas después de ser arrestado por cargos de tráfico sexual.
Antes de ello, el magnate ya había reaccionado diciendo que el republicano no habría llegado a la Presidencia sin su apoyo y también desmintió conocer el plan fiscal con antelación.
«Sin mí, Trump habría perdido las elecciones, los demócratas hubieran controlado la Cámara de Representantes y los republicanos se habrían quedado en 51-49 en el Senado», añadió Musk.
«¡Falso. No me enseñaron este proyecto de ley ni una sola vez y fue aprobado en plena noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo!», escribió el empresario.
Cuando Musk abandonó su cargo el 30 de mayo, la despedida de ambos ante la prensa estuvo cubierta de halagos mutuos y el empresario aseguró que seguiría visitando al presidente, asesorándole y siendo su amigo.
«Dijo cosas muy bonitas sobre mí y no ha dicho nada malo de mí personalmente, pero estoy seguro de que eso será lo próximo. Estoy muy decepcionado con Elon. Le he ayudado mucho», añadió este jueves Trump.
El mandatario consideró no obstante que Musk «trabajó duro e hizo un buen trabajo». «Para ser honestos, creo que echa de menos el lugar», recalcó el presidente, que atribuyó el descontento del dueño de X a la intención de eliminar el crédito fiscal para autos eléctricos.
«Lo sabía mejor que nadie y nunca tuvo un problema hasta que se fue», dijo Trump.
Musk llamó esta semana «abominación repugnante» al proyecto de ley fiscal y presupuestario impulsado por Trump y criticó a los republicanos que ya lo han votado en la Cámara Baja, acusándoles de haber cometido un «error».
En una segunda publicación en X, el que hasta finales de mayo había estado al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) advirtió que dicho plan «incrementará masivamente el déficit ya gigante del presupuesto a 2,5 billones de dólares (!!!) y cargará a los ciudadanos de EE.UU. con una deuda devastadoramente insostenible».
Según calculó el miércoles la Oficina Presupuestaria del Congreso estadounidense, una entidad no partidista, el costo que el plan fiscal tendrá sobre la deuda en la próxima década será de 2,4 billones, frente a los 3,8 billones estimados en mayo.
El plan fiscal está ahora en manos del Senado, donde la tramitación comenzó el lunes para modificar la versión aprobada por la Cámara Baja y convencer a los escépticos dentro del Partido Republicano para lograr un voto final antes del 4 de julio, Día de la Independencia estadounidense.
Bautizada por Trump como «el gran y hermoso proyecto de ley», la propuesta busca extender los alivios fiscales de su primer mandato (2017 – 2021) y añadir promesas de campaña como las exenciones fiscales a las propinas, a las horas extra y a las compras de automóviles fabricados en el país.
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