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No es fácil “parar la máquina” y ponerse en modo vacaciones. Muchas veces, el cerebro sigue conectado con el trabajo. Pero, ¿por qué cuesta tanto a veces desconectarnos de la rutina en vacaciones?
La doctora Ingrid Brunke (MN 73720), médica del Instituto de Neurociencias del Hospital Alemán, psiquiatra y legista, miembro y expresidente del capítulo de Psiquiatría de enlace y psicosomática de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), expresó a Infobae: “El estrés cotidiano provoca un bombardeo permanente a nivel cerebral, que puede culminar en alteraciones de los neurotransmisores, y llevar, si no tenemos las herramientas para enfrentarlo, a desencadenar enfermedades metabólicas y/o cardiológicas, además de síntomas ansiosos o depresivos, a nivel psíquico”, detalló.
Y agregó: “Esa vorágine es muy difícil de desacelerar de un día para el otro, cuando entramos en modo vacacional. Seguimos pensando en tareas inconclusas, repasando cosas que no dijimos o hicimos. Por eso, los primeros días de vacaciones, la gente suele decir que ‘sigue enchufada’”.
Incluso, hay un término para describir este estado, que es el estrés vacacional.
Hacia el año 2004, los doctores de la clínica psiquiátrica austríaca Wagner-Jauregg acuñaron la expresión “depresión de la reposera o tumbona”. Con ella se referían a la imposibilidad que presentan algunas personas para olvidarse del trabajo en sus vacaciones. Hoy, este síndrome es cada vez más frecuente.
La doctora Brunke destacó: “El estado previo de alto nivel de estrés puede provocar una llegada a las vacaciones con ansiedad, cansancio, o con diversos síntomas físicos, tales como contracturas o alteraciones del sueño, y con baja motivación para realizar otras actividades”.
Síntomas del estrés vacacional
Silvia Sumell Canalda, psicóloga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) expresó en un artículo de esa casa de estudios: “Los síntomas abarcan todos los relacionados con la ansiedad y el estrés y afectan en el aspecto cognitivo, emocional, físico y de conducta”.
Y añadió: “Pueden aparecer dificultades para pensar con claridad, problemas de atención, concentración y memoria, sensación de que no se habla con la misma fluidez y necesidad de comprobar las tareas una y otra vez. También aparecen cansancio, problemas para dormir, sensación de no haber descansado lo suficiente, de estar sin energía, y sintomatología relacionada con la depresión o el bajo estado de ánimo», comentó la profesora de la UOC.
Además, la experta explicó que en estos casos son frecuentes las alteraciones del apetito, por exceso o defecto; el aumento del consumo de tabaco, alcohol o dulces, dolores de cabeza, musculares y de estómago y pérdida del deseo sexual. Por último, agregó que los periodos de elevado estrés prolongado en el tiempo pueden generar sentimientos de tristeza, desmotivación e irritabilidad.
Por su parte, la doctora Brunke afirmó: “El cerebro ‘quiere’, pero el cuerpo ‘no puede’. Y añadió que algunas personas trasladan ese alto monto de ansiedad laboral a las vacaciones: “Se proponen mil actividades, con grandes esquemas de horarios, transformando el período de descanso en otra nueva carga laboral, con el costo psíquico, físico y emocional que conlleva”, describió.
Y concluyó: “Lo ideal es encontrar el equilibrio entre la planificación y el dejar que el día a día nos sorprenda durante el descanso”. La experta explicó: “A medida que nos relajamos, se modifican los niveles de aquellas hormonas y neurotransmisores que se alteran cuando estamos expuestos a un estrés crónico (serotonina, noradrenalina, dopamina, melatonina y cortisol)”.
“Esto permite que nuestro cerebro, de algún modo, se ‘resetee’, y podamos además reconstruir nuestro sistema inmune, destacó la médica del Hospital Alemán, y añadió: “Si a esto agregamos un mejor descanso y una alimentación variada, armónica y saludable, vamos a poder reducir niveles de glucemia, colesterol, y mejorar todo aquello que lleve a alteraciones metabólicas, como diabetes y enfermedad cardiovascular”.
Consejos antiestrés para las vacaciones
En primer lugar, una ayuda tecnológica. Los expertos recomiendan poner el modo vacaciones en WhatsApp para desconectar y disfrutar de un verdadero descanso.
Esta función permite a los usuarios silenciar conversaciones específicas, como las relacionadas con el trabajo, para evitar interrupciones durante sus momentos libres.
Lo ideal es descansar en profundidad los primeros días, dijo Brunke: “Sin despertador, sin horarios. Dejar que el cerebro, la mente y el cuerpo se reencuentren y reacomoden. Los días siguientes, organizar actividades, pero dejando espacios de descanso, también sin horarios. Tener en cuenta todo tipo de actividades que estimulen el cuerpo o la mente: juegos grupales, lectura, actividad física o deportiva”.
Las recomendaciones son:
Texto original de Infobae
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