Un grupo de investigadores ecuatorianos descubrió nueve especies de mariquitas reportadas por primera vez y dos invasoras en las Islas Galápagos. Se caracterizan por su variedad de colores y formas.
El estudio realizado en la isla San Cristóbal por los investigadores de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), identificó un total de 19 especies de mariquitas. De las cuales nueve, aparentemente nativas, fueron vistas por primera vez.
Entre estas especies están la mariquita de Constantin (zagreus constantini) y la mariquita de Cornejo (zagreus cornejoi), avistadas previamente en pocas zonas de Ecuador continental.
En cuanto a las especies invasoras, se trata de la mariquita zigzag de Asia (cheilomenes sexmaculata) y la mariquita pálida de puntos blancos (paraneda guticollis), que pese a ser introducidas se encuentran ampliamente extendidas en ambientes urbanos, agrícolas y naturales.
Además, el grupo investigador alertó de la abundancia de estas dos especies y de la necesidad de estudiar el impacto que podrían tener en “los delicados ecosistemas galapagueños”.
El estudio también registró dos especies endémicas, propias y únicas de las Galápagos, que son la mariquita crema punteada (psyllobora bisigma) y la mariquita oscura de los lechosos (scymnobius scalesius).
Según los hallazgos del estudio, las variedades endémicas y nativas tienen distribuciones limitadas a ambientes naturales, lo que enfatiza su vulnerabilidad.
La única especie nativa que es común en la isla San Cristóbal es la mariquita Sanguínea (cycloneda sanguinea).
Asimismo, también se observó la presencia de tres especies pertenecientes a grupos muy poco conocidos de mariquitas (stethorus, calloeneis y delphastus), que aún requieren de mayor indagación para determinar su identificación y procedencia, según el personal científico.
Las mariquitas son escarabajos pertenecientes a la familia coccinellidae. Se reconocen por sus brillantes colores, aunque la familia tiene una notable diversidad de formas corporales, tamaños y patrones de color, recordó el estudio.
¿Cómo aportan al ecosistema?
Estos insectos son conocidos también por su papel como depredadores de plagas agrícolas, por lo que han sido introducidas deliberadamente en gran parte del mundo como agentes de control biológico.
Un ejemplo de éxito en este archipiélago es la introducción intencional de la Mariquita Vedalia (novius cardinalis) para controlar la cochinilla algodonosa invasora (icerya purchasi), una plaga que aparece cuando las plantas están enfermas, débiles o sufren de estrés.
Este archipiélago, formadas por 13 islas grandes, está considerado como una de las reservas marinas mejor conservada del mundo. Además se lo ha calificado como un laboratorio natural que inspiró al científico británico Charles Darwin a desarrollar en el siglo XIX su teoría de la evolución y selección natural de las especies. (EFE)
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