Santa Cruz de Tenerife (EFE).- El C/2023 Tsuchinshan-ATLAS, conocido como el ‘cometa del siglo’, se contempló por primera vez a simple vista a finales de septiembre y, desde este sábado, se observará por segunda y última vez y probablemente con una cola aún más espectacular, ha señalado a EFE el astrofísico divulgador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Alfred Rosenberg.
Para ver este cometa habrá que esperar a la puesta del sol y comenzará a vislumbrarse a partir de la del sábado, pero Alfred Rosenberg ha comentado que la visión “ideal” llegará el lunes, martes y miércoles de la semana siguiente.
En su anterior paso la observación idónea fue del 27 al 29 de septiembre mirando hacia el este al amanecer. Ahora, una vez que ha pasado por el perihelio (el punto más cercano al Sol) se acerca a la Tierra, desde donde se verá a partir de que no sea visible el brillo solar.
Alfred Rosenberg ha señalado que la cola de este cometa es muy larga y débil, por lo que el sábado será mucho más difícil verlo, pero el domingo se podrá disponer de 15 minutos de observación, y cada día el horario de ampliará en 15 minutos, por lo que lunes, martes y miércoles se verá mejor.
Es “muy recomendable” el uso de prismáticos y se podrán tomar buenas fotografías, ha apuntado Alfred Rosenberg, quien ha señalado que la previsión es que el cometa ha aumentado su brillo y será más espectacular su cola, porque, como ha pasado cerca del sol, se ha ionizado, se ha cargado, y será menos rectilínea y más “despeinada”.
Alfred Rosenberg ha reconocido que es una exageración hablar en este caso del ‘cometa del siglo’, pero cuando se descubrió desde Sudáfrica el pasado año se creía que sería más brillante.
Sin embargo, ha añadido, no deja de ser espectacular verlo a simple vista y saber que será la última vez para observarlo.
No volverá a observarse desde la Tierra porque la órbita de este cometa ha pasado de parabólica a hiperbólica y se alejará para siempre, si bien, según los modelos, se podrá ver hasta el 25 de octubre.
Alfred Rosenberg ha apuntado que cuando pase la luna llena, el 17 de octubre, mejorará la visión y lo ideal será el 19 y el 20 de ese mes, cuando es posible que se puedan obtener las mejores fotografías.
La aproximación máxima de este cometa a la Tierra se calcula que se producirá el 12 de octubre, cuando se espera que esté a unos 70 millones de kilómetros.
Alfred Rosenberg ha recordado que la “óptima” visión de este cometa depende de su brillo y su distancia aparente al Sol y de cómo éste ilumina en el horizonte, pero también del brillo de la Luna, y de las condiciones meteorológicas.
Los cometas están formados por materiales helados que en parte se subliman (pasan a gaseosos) cuando se acercan al Sol, lo que hace que aumente su brillo, que pierde a media que se alejan.
Si bien al alejarse del Sol pierden brillo al acercarse a la Tierra da la impresión de que aumenta.
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