El viernes empezaron la votaciones presenciales para las elecciones presidenciales de Estados Unidos en tres estados, dando el inicio a una carrera de seis semanas hasta la jornada electoral, tras un verano boreal marcado por intensas turbulencias políticas.
Los electores formaron filas en Minnesota, Dakota del Sur y Virginia para aprovechar las primeras oportunidades de voto anticipado presencial. Hacia mediados de octubre, cerca de una decena de estados adicionales seguirán este mismo proceso.
En un centro de votación en Minneapolis, Jason Miller se presentó mucho antes de las 8 de la mañana, momento en que se abrieron las casillas, logrando ser el primero en la fila. “¿Por qué no ser el primero? Es divertido, ¿no?”, comentó el pintor de casas de 37 años.
Miller afirmó que votó “contra la locura”, aunque prefirió no revelar a quien votó. “No creo que tenga que hacerlo. Pienso que es bastante obvio. Creo que es muy, muy claro”, declaró.
El comienzo de la votación presencial llega tras un verano tumultuoso en la política de Estados Unidos, marcado por la retirada del presidente Joe Biden de la contienda electoral, siendo reemplazado por la vicepresidenta Kamala Harris y un intento de asesinato contra el candidato republicano, Donald Trump, seguido de otro aparente atentado tan solo nueve semanas después.
A lo largo del país, los directores electorales locales han reforzado la seguridad para proteger tanto a sus trabajadores como a los centros de votación, asegurando que las boletas y los procedimientos no sean manipulados. Desde las elecciones presidenciales de 2020, funcionarios y empleados electorales comunes han sido blanco de acoso e incluso de amenazas de muerte.
Las autoridades federales están investigando el origen de los paquetes sospechosos que se enviaron en los últimos días a funcionarios electorales en más de 15 estados, incluyendo Virginia.
“Si pudiera agitar una varita mágica en esta sala en este momento, desearía dos cosas: una alta participación entre hoy y el 5 de noviembre, y poco drama”, expresó el jueves Steve Simon, secretario de Gobierno de Minnesota, durante una conferencia de prensa.
La Junta Electoral de Georgia aprobó un plan para el recuento manual de los votos
El viernes, la Junta Electoral de Georgia aprobó una nueva normativa que obliga a los trabajadores electorales a realizar un recuento manual de las boletas de papel una vez finalizada la votación.
La Junta Electoral aprobó la norma a pesar de las recomendaciones de la fiscalía estatal, el Departamento de Estado estatal y una asociación de funcionarios electorales de condado que criticaban la medida. Tres miembros de la junta, elogiados por el ex presidente Donald Trump durante un mitin reciente en Atlanta, votaron a favor de la medida. Por su parte, el único demócrata en el organismo y su presidente, quien es apartidista, votaron en contra.
En un memorándum enviado el jueves a los miembros de la Junta Electoral, la oficina del procurador estatal, Chris Carr, señaló que la ley estatal no autoriza el recuento manual de boletas en los precintos antes de que sean entregadas al superintendente electoral del condado para su conteo oficial.
El mes pasado, el secretario de Gobierno estatal, Brad Raffensperger, calificó como “errónea” la propuesta del recuento manual, advirtiendo que podría retrasar la publicación de los resultados electorales y añadir riesgos al proceso de custodia de las boletas.
La nueva normativa establece que en cada centro de votación se debe contar el número total de boletas de papel, no los votos, por tres trabajadores electorales distintos, hasta que los tres recuentos coincidan. Si al finalizar la votación un escáner contiene más de 750 boletas, el responsable del centro puede optar por iniciar el recuento al día siguiente.
En Georgia, los votantes utilizan máquinas con pantalla táctil que imprimen una boleta de papel. Esta boleta muestra una lista de las selecciones del votante junto con un código QR, el cual es escaneado para contabilizar los votos.
Los defensores de la nueva normativa argumentaron que es indispensable para garantizar que la cantidad de boletas escaneadas coincida con el número de votantes registrados en las computadoras, así como con la cantidad de boletas contabilizadas por las máquinas de votación y los escáneres. Las tarjetas de memoria que almacenan los votos en los centros de votación son las que se utilizan para realizar el conteo de los resultados el mismo día de las elecciones.
(Con información de AP)
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