Hay tensión en Bolivia por la propuesta de control de divisas que surgió tras un encuentro del presidente Luis Arce con movimientos sociales y obreros. Varios sectores empresariales se declararon en emergencia y advirtieron los efectos negativos que esta medida puede generar como el surgimiento de mercados paralelos, el colapso del aparato productivo y una caída abrupta de las exportaciones.
En medio de la crisis económica que atraviesa el país, evidente en la escasez de dólares y de combustibles, el Gobierno de Luis Arce convocó a dos reuniones, una con movimientos sociales -a la que se denominó Gabinete Social- y otra con empresarios para debatir la situación económica y escuchar propuestas.
Luego del primer encuentro, ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, flanqueado por representantes de las organizaciones sociales, anunció las conclusiones del evento: “Una de las sugerencias que hemos planteado es el control de las divisas de las exportaciones, que es muy importante para que eso entre al Banco Central de Bolivia, entre al Estado boliviano y a través de ello se pueda garantizar la circulación del dólar”, informó en una conferencia de prensa en la Casa Grande del Pueblo.
El anuncio generó una ola de protestas y varios sectores se declararon en estado de emergencia. La Cámara Nacional de Exportadores advirtió efectos negativos para la economía como el surgimiento de mercados cambiarios paralelos, ralentización de pagos al exterior, desabastecimiento de insumos y material prima y fuga de capitales, entre otros. “El sector exportador exhorta al gobierno nacional a enfrentar la actual crisis de balanza de pagos con seriedad y actuando con la debida cautela respecto al anuncio de medidas que no generarán más que una profundización y extensión de la crisis económica en la que se encuentra actualmente el país”, dice el comunicado emitido por esta organización.
De igual manera, la Cámara Nacional de Industrias vaticina un “colapso del aparato productivo” que derivaría en la pérdida de mercados extranjeros ante la imposibilidad de cumplir de contratos y pagos, cierre de fábricas y una escalada inflacionaria “sin precedentes”.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) también se manifestó en contra y, a través de un comunicado pidió que las propuestas para enfrentar la crisis económica se hagan “en el marco de la seriedad que corresponde”.
En medio de la controversia, el Gobierno ha optado por la cautela. La viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, manifestó que solo están escuchando propuestas de los todos sectores y que luego se tomarán decisiones. “Lo importante es escuchar a los actores y tomar acciones de manera conjunta”, indicó Alcón en el canal Unitel.
El economista y analista Gonzalo Chávez explicó en una entrevista en Radio Panamericana, que esta medida no funcionó en otros países donde fue aplicada y que en vez de resolver el problema, generará incertidumbre y complicará aún más la situación económica. “Estas medidas están condenadas a generar mayor incertidumbre, disparada del dólar y mercados paralelos (…) es una muy mala idea”, afirmó.
Este viernes por la tarde se reanuda la reunión del Gobierno con los empresarios privados que entró en cuarto intermedio el pasado miércoles. El encuentro estará marcado por la propuesta de control de divisas y las sugerencias de los empresarios privados y sectores productivos.
Texto original de Infobae
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