Noveno día de creación consecutivo de Banksy, el misterioso grafitero, en las calles de Londres, con una serie de obras en los que el mundo animal toma sus distintos barrios, siendo alguno de ellos robados, retirados o vandalizados.
La capital británica se despertó este martes con un nuevo trabajo del mediático artista callejero Banksy en las puertas de su emblemático zoo: una silueta negra de un gorila que permite a alguno de sus amigos, una foca y varias aves, una salida furtiva nocturna a la calle.
«Ha sido una gran sorpresa para nosotros. Llegar esta mañana, varios colegas y yo sobre las siete y ser saludados por esta magnífica obra de arte», relata a EFE Carl Penman, gerente comercial del Zoológico de Londres.
La puerta central del zoológico, ahora cerrada, está vigilada por un par de cámaras de seguridad y Penman ni confirma ni desmiente que el misterioso grafitero haya podido ser captado por ellas en su nueva huella en la ciudad.
Desde el pasado lunes distintas creaciones de animales han aparecido por todo Londres: una cabra en lo alto de una pared en el suroeste; una pareja de elefantes en el céntrico Chelsea; monos correteando por un puente de Brick Lane, un acuario de pirañas o un rinoceronte montando un coche en el sureste, Charlton.
«Todos ellos en diferentes contextos, y su belleza es que ha traído alegría a la ciudad de Londres» en un periodo de tensión y violencia en las calles, sostiene el gerente del zoológico mientras numerosos curiosos se agolpan con sus móviles ante unas vallas de protección que rodean el nuevo Banksy.
El poder de convocatoria del artista callejero es tal que, una vez publica en sus redes sociales su nueva creación, admiradores y curiosos la buscan y se desplazan para admirarla o incluso robarla y vandalizarla; por eso desde el zoológico londinense se han apresurado para preservar la pintura y varios operarios la han cubierto con un cristal.
Mientras que el inicio de la serie de la excursión de estos animales fuera del zoo se mantiene, son hasta cuatro las obras que han desaparecido o han sido retiradas o pintarrajeadas.
Desde que un grupo de jóvenes encapuchados sustrajese con ayuda de una escalera el pasado jueves en Peckham un lobo que aullaba en una antena parabólica, la efemeridad de las obras se acentuó.
La silueta de un gato estirándose en una valla publicitaria fue desmontada por el dueño de la misma para evitar su robo; y la cabina de policía convertida en un acuario de pirañas en el barrio financiero o el coche que «escalaba» el rinoceronte fueron retirados con posterioridad, siendo este último también atacado con la firma de otro grafitero sin identificar.
Para la profesora británica Shereen Thomas, el origen de los episodios vandálicos a las obras de Banksy está en la «falta de educación» y señala a EFE un paralelismo con los disturbios violentos ocurridos en el país en las últimas semanas, pues ambos están «arruinando» las cosas positivas que pasan en sus barrios.
«Desafortunadamente hay mucha gente enfadada en Inglaterra -prosigue-. Están enfadados porque no tienen trabajo, no tienen dinero, y en su cabeza está bien la idea de poder hacer vandalismo, pero no lo está».
«Están enfadados con Banksy, con el hombre que mató a las niñas… cuando en realidad deberíamos mirar el panorama completo. ¿Qué le pasa al país?», reflexiona la profesora.
Más allá de las diferentes teorías por las que el enigmático artista callejero comenzó esta serie de creación, la plataforma portavoz del artista, Pest Control Office, afirmaron al medio ‘The Observer’ que la intención del proyecto es «alegrar el ánimo de la gente, y hacer énfasis en la capacidad de los humanos para la creatividad en vez de destrucción». EFE
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