El presidente ruso, Vladímir Putin, asume su quinto mandato al frente del Kremlin con la asignatura pendiente de ganar la guerra en Ucrania, reprimir cualquier atisbo de descontento popular y resistir las presiones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Occidente.
La ceremonia oficial de inicio de mandato tuvo lugar al mediodía en el Salón de San Andrés del Kremlin, que fue construido a mediados del siglo XIX como sala del trono del zar Nicolás I.
La controvertida reforma constitucional de 2020 permitió a Putin, de 71 años, eliminar el obstáculo legal que le impedía seguir en el Kremlin hasta 2030.
Putin, que lleva en el poder desde el año 2000, ganó las elecciones presidenciales del pasado 17 de marzo con más del 87 % de los votos, resultado sin precedentes condenado por las cancillerías occidentales.
Eso sí, pese a la muerte un mes antes en prisión del líder opositor, Alexéi Navalni, Estados Unidos y la Unión Europea hicieron oídos sordos al llamamiento a no reconocer a Putin como legítimo presidente.
Sea como sea, el principal problema del Kremlin sigue sin resolverse. Todo, desde la salud de la economía nacional al reparto de los recursos del Estado, depende de la suerte de la contienda.
La victoria en la campaña militar en Ucrania está lejos de hacerse realidad, aunque la ofensiva rusa de octubre ha permitido a Moscú conquistar varios bastiones en el Donbás y en la región nororiental de Járkov.
En cuanto a unas posibles negociaciones de paz con Kiev, a día de hoy parece algo imposible. Si el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, descartó por decreto sentarse en la misma mesa que Putin, ahora Moscú le ha declarado en busca y captura.
La mejor demostración de que la reelección de Putin únicamente ha exacerbado las tensiones con Occidente es la orden de Putin de que las Fuerzas Armadas realicen “en breve” maniobras con armas nucleares tácticas.
Esos ejercicios, en los que participará la aviación y la Armada, podrían ocurrir en territorio ucraniano, ya que el Distrito Militar Sur incluye a las cuatro regiones ucranianas ocupadas (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia).
El Kremlin explicó que las maniobras son la respuesta a las declaraciones amenazantes, entre otras, del presidente francés, Emmanuel Macron, quien volvió a insistir en “The Economist” en que no descarta el envío de tropas de la OTAN a territorio ucraniano.
“Ellos hablaron sobre la disposición e incluso intención de enviar contingentes militares a Ucrania, es decir, poner a los soldados de la OTAN frente a los militares rusos. Esa es una nueva espiral de escalada de la tensión. No tiene precedentes y exige una especial atención y medidas especiales”, dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en rueda de prensa. EFE
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