La policía de Ecuador irrumpió en la embajada de México en Quito el pasado 5 de abril para arrestar al ex vicepresidente de Ecuador (2013-2017), sentenciado a prisión por corrupción y refugiado allí desde diciembre. El gobierno mexicano le había concedido asilo político, igual que a varios colaboradores del ex presidente Correa acusados de corrupción que hoy viven en México. Ecuador declaró que “ningún delincuente puede ser considerado preso político”, señalando que el objetivo de las embajadas es proporcionar espacios diplomáticos para fortalecer las relaciones entre países.
México cortó de inmediato todo lazo con Ecuador por su “flagrante violación del derecho internacional.” Los autoritarios de la región y sus amigos expresaron briosa indignación. Nicaragua cortó relaciones con Ecuador por la “repudiable acción” y Venezuela declaró que era una acción “que ni en las más atroces dictaduras en la región se había registrado” y que creaba “un preocupante precedente,” a la vez que Nicolás Maduro la tildó de “acto de barbarie, algo nunca visto en América Latina.” La tiranía cubana calificó la “flagrante violación” al derecho de asilo como “inaceptable” y advirtió que la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas debe respetarse. El presidente Petro de Colombia pidió una reunión urgente de la OEA (Organización de Estados Americanos) para tratar el asunto.
La inusitada reverencia por el derecho internacional por parte de regímenes que violan sistemáticamente sus más sagradas normas padece no solo de hipocresía sino también de amnesia severa. El régimen cubano ha asaltado al menos dos embajadas en La Habana con consecuencias mucho más graves, incluidas la muerte de verdaderos solicitantes de asilo que buscaban escapar de una dictadura. Se desconoce de denuncias por parte de gobiernos regionales de estos atroces crímenes, o de su rompimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, o de sus pedidos de reuniones urgentes de la OEA para sancionarla.
Asesinados por buscar asilo en embajadas en La Habana
Tropas Especiales cubanas asaltaron la embajada del Vaticano en diciembre de 1980 y tres jóvenes hermanos fueron pronto ejecutados tras un juicio sumario. El asalto de febrero de 1981 de la embajada de Ecuador dejó a un joven de 15 años muerto a golpes. Varias decenas de solicitantes de asilo cumplieron años de prisión como resultado de ambas instancias. A continuación, los perfiles de las cuatro víctimas fatales.
Juan Owen Delgado Temprana, de 15 años, murió el 3 de marzo de 1981 tras sufrir una feroz paliza por solicitar asilo con sus padres y 12 familiares en la embajada de Ecuador el 14 de febrero de 1981. Una semana después, un equipo de las Tropas Especiales irrumpió en la embajada y los llevó a todos para la sede de la Seguridad del Estado en La Habana, Villa Marista. Owen fue brutalmente golpeado, incluso en la cara y la cabeza, y quedó con una oreja casi cercenada. Fue trasladado al hospital, donde entró en coma y murió. Su cuerpo no fue devuelto a sus seres queridos para su entierro y varios miembros de su familia fueron condenados a largas penas de prisión.
Ventura, Cipriano y Eugenio García Marín Thompson, de 19, 21 y 25 años respectivamente, fueron ejecutados el 2 de enero de 1981 en la Fortaleza La Cabaña de La Habana. Eran Testigos de Jehová, muy perseguidos en la Cuba comunista, y habían recibido varias advertencias de su arresto inminente en virtud de la ley cubana de “peligrosidad”. Al menos uno había cumplido prisión política por practicar su fe. El 9 de diciembre de 1980, forzaron una puerta y solicitaron asilo en la embajada del Vaticano junto con otros dos hombres y tres mujeres. Horas más tarde, Tropas Especiales élite asaltaron el complejo y los detuvieron a pesar de habérseles prometido que se tramitaba su salvoconducto para salir del país. Los hermanos fueron juzgados sumariamente tres semanas después, condenados a muerte y ejecutados de inmediato por el presunto asesinato del mayordomo de la embajada, que se dice haber sido un montaje. Su madre fue condenada a 20 años de prisión, junto con otros familiares, por no denunciarles a las autoridades. Puesta en libertad en diciembre de 1986, murió en 1992, todavía suplicando que le dieran los huesos de sus hijos para su sepultura. Los demás solicitantes de asilo fueron condenados a penas de prisión de entre 15 y 25 años, quedando en libertad varios años después cuando el caso recibió atención internacional.
Archivo Cuba también conoce de cinco civiles asesinados por agentes del Estado cubano al intentar entrar en embajadas de La Habana para pedir asilo.
Esteban Bencomo López, de 47 años, fue muerto a golpes por agentes estatales el 12 de abril de 1980 cuando intentaba entrar en la embajada de Perú para reunirse con su esposa y pequeño hijo que, junto con miles de cubanos, buscaban huir del país (lo que dio lugar al éxodo del Mariel).
Julián Espinosa Montesinos, de 19 años, Israel Leal Rodríguez, de 23 años, y Adalberto Hernández Borrego, fueron asesinados a tiros por guardias cubanos el 11 de diciembre de 1961 al intentar entrar en la embajada de Ecuador.
Juan Peña Dueñas, de 18 años, fue asesinado a tiros por guardias cubanos el 18 de noviembre de 1985 al intentar entrar en la embajada de Venezuela.
Muchos más han sido asesinados en busca de asilo
Muchos civiles, incluidos muchos niños, han sido asesinados extrajudicialmente o desaparecidas forzosamente por el régimen cubano solo por intentar huir de Cuba. Archivo Cuba ha resumido casos conocidos en un informe de noviembre de 2022, a raíz de la última masacre perpetrada por Guarda Fronteras de Cuba, y ha documentado muchos similares casos en su base de datos de muertes y desapariciones.
*Maria C. Werlau es Directora Ejecutiva de Archivo Cuba.
Texto original de Infobae
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Con el décimo y otros bonos decembrinos, primero pague las deudas
Debates
Chancay: ventajas y desafíos
275 incendios dañaron el ecosistema de Loja, en 2024
Oratorio de Noël, la obra coral se presenta en la Universidad Andina Simón Bolívar