Este jueves 8 de febrero se cumplió un mes del estado de excepción con toque de queda decretado por el presidente de la República, Daniel Noboa.
La medida se adoptó para encarar varios frentes de violencia generados tras el intento del Gobierno Nacional de retomar el control en las prisiones ecuatorianas, que a inicios de enero seguían lideradas por organizaciones criminales.
Sin embargo, hubo un hecho en particular que el régimen consideró antes de decretar el estado de excepción: la fuga de José Adolfo Macías Villamar (alias Fito), el jefe de la organización criminal -hoy considerada terrorista- Los Choneros. El Estado señaló que su evasión de la cárcel regional de Guayaquil causó “caos dentro de los centros de privación de libertad a nivel nacional”.
El estado de excepción, el primero en la Administración de Noboa, regirá por 60 días, y existe la posibilidad que se extienda un mes más.
Por otra parte, la disposición del Ejecutivo ocurrió un día antes de la toma de rehenes en TC Televisión. Ese día, el 9 de enero de 2024, el jefe de Estado declaró el conflicto armado interno y reconoció a 22 organizaciones criminales como terroristas.
Los efectos económicos
La espiral de violencia que ha atravesado Ecuador, donde los asesinatos, secuestros y extorsiones aumentaron exponencialmente en 2023, afectaron económicamente a la población. En Guayaquil, por ejemplo, hubo personas que cerraron negocios o abandonaron sus casas para dejar de ser víctimas de los vacunadores.
Entonces, que el Gobierno de Noboa haya decidido enfrentar a las bandas delincuenciales de manera determinante es una acción respaldada por la población, no obstante, el estado de excepción, el toque de queda y el conflicto armado interno nuevamente repercuten en la economía ecuatoriana.
Entre los sectores más afectados está el turístico. Según Holbach Muñetón, presidente de la Federación Nacional de Cámaras Provinciales de Turismo del Ecuador, el país ha perdido 300 millones de dólares en este primer mes de estado de excepción.
Y, de cara al feriado de Carnaval, que inicia este sábado 10 y se extenderá hasta el martes 13 de febrero, el líder gremial estima que las cifras tampoco despegarán. Dice que antes de la pandemia del COVID-19, cuando “todo era normal”, este feriado movía alrededor de 100 millones de dólares en el sector turístico. Ahora pronostica que en el próximo período festivo se moverán unos USD 70 millones.
En la Asociación de Restaurantes del Guayas también se habla de pérdidas económicas. De acuerdo al titular de esa agrupación, Carlos Barrezueta, el perjuicio para ellos es de un 50 %. No precisó cifras.
De su lado, el Comité Empresarial Ecuatoriano estima que todo el sector productivo dejaría de vender hasta 2 500 millones de dólares mientras dure el estado de excepción.
El fútbol también ha perdido
Debido al estado de excepción, que suspende el derecho a la libertad de reunión en todo el país, el inicio del torneo ecuatoriano se aplazó al 1 de marzo.
Mientras que, en Guayaquil, los eventos de presentación de las plantillas de Barcelona S. C. (Noche Amarilla) y Emelec (Explosión Azul) no fueron autorizados.
El equipo torero realizará su ceremonia en Estados Unidos, mientras que los eléctricos consideran Manta para llevar a cabo la suya. Desde ambas instituciones se ha mencionado que sus galas mueven más de un millón de dólares, respectivamente.
Más allá del toque de queda
En un intento por reducir los efectos económicos negativos, el Gobierno Nacional segmentó el toque de queda por cantones. En 160 municipios del país se eliminó esta medida. En el resto se redujo el horario de la prohibición de circulación, que inicialmente era desde las 23:00 hasta las 05:00.
No obstante, el toque de queda sigue en pie en las ciudades más pobladas del país: Quito, Guayaquil, Manta, Portoviejo, Babahoyo, Machala, Esmeraldas, Durán, entre otras.
Pero Muñetón y Barrezueta coinciden en un asunto: el toque de queda no está frenando a la ciudadanía, sino la percepción de inseguridad. Ambos sostienen que, aunque se eche abajo la prohibición de circulación, las personas evitarán salir, pues tienen miedo.
Aunque el estado de excepción tiene una fecha de caducidad, el mismo presidente de la República ha dicho que no sabe cuándo puede acabar una guerra, refiriéndose al conflicto armado interno.
En la otra orilla, están los ciudadanos, quienes esperan recuperar su tranquilidad y salir a las calles sin miedo, pero también sin ser golpeados económicamente.
Texto original de Ecuavisa
https://www.ecuavisa.com/noticias/economia/estado-excepcion-conflicto-armado-sector-turistico-FL6782601
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Aumento del salario: Cara o cruz
Grupos étnicos y facciones religiosas buscan el poder sirio
Con el décimo y otros bonos decembrinos, primero pague las deudas
Debates
Chancay: ventajas y desafíos