El Gobierno español no tenía constancia de que estuviera en España Maxim Kuzmíkov, el piloto ruso que desertó el pasado mes de agosto para entregarse al Ejército ucraniano con el helicóptero que conducía y que fue asesinado a tiros el pasado día 13 en la localidad española de Villajoyosa.
Así lo aseguró este jueves a los periodistas la ministra de Defensa, Margarita Robles, en Aldea del Fresno (Madrid) tras visitar el puente instalado por el Ejército de Tierra en este municipio.
«Vino libremente y el Gobierno no tenía constancia de que esta persona estuviera aquí en España», se limitó a explicar Margarita Robles sobre este suceso en la costa valenciana (este del país), donde residen una gran comunidad de rusos y ucranianos.
Kuzmínov fue acribillado con media docena de disparos en la rampa del garaje de la urbanización de La Cala de Villajoyosa donde vivía alquilado desde hacía cuatro meses por parte de unos desconocidos, se cree que al menos dos, que hicieron pasar el vehículo en el que huyeron por encima del cuerpo del asesinado antes de dirigirse a la cercana población de El Campello, donde calcinaron el coche.
Se sabe que el asesinado es Kuzmínov porque así lo desvelaron responsables de las inteligencias rusa y ucraniana en los últimos días a través de varios medios de comunicación de sus respectivos países.
En octubre, la televisión pública rusa aseguró, mostrando a tres supuestos miembros del GRU, que habían recibido la orden de eliminar al desertor. “No vivirá lo suficiente para ser juzgado”, aseguró uno de ellos.
Desde un principio, los investigadores de la Guardia Civil española barajaron que se trataba de un ajuste de cuentas aunque en ese primer momento no se podía intuir la relevancia de la víctima, que tras la deserción protagonizada en agosto de 2023 había obtenido una nueva identidad con un nuevo pasaporte ucraniano.
Fuentes del caso informaron ayer a EFE de que se trabaja para la identificación oficial a través de los métodos científicos preceptivos, como son las huellas dactilares, el ADN o la dentadura, sin que haya concluido aún el proceso.
La deserción del ruso se dio a conocer el pasado septiembre, cuando la inteligencia militar ucraniana (GUR) publicó unas imágenes en las que el piloto, que entonces tenía 28 años, explicaba cómo fue contactado por Ucrania, que le ofreció pasarse al lado ucraniano a cambio de dinero y protección.
Tras conocerse el asesinato, el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, aseguró que Kuzmínov era un «traidor» mientras que el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayó que no tenía conocimiento de que las autoridades españolas informaran a Moscú sobre lo ocurrido y precisó que la muerte de Kuzmínov «no es un asunto» que figure en la agenda del Gobierno ruso. EFE
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