En la franja de Gaza no faltan médicos ni personal sanitario, sino hospitales en pie que funcionen con seguridad, aseguró este miércoles Sean Casey, coordinador del equipo de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Gaza.
En una rueda de prensa virtual en la sede de la ONU en Nueva York, Casey dijo que, contra lo que puede parecer, Gaza «tiene un sistema de salud históricamente sólido», con más de 25.000 trabajadores, pero «todos están desplazados», como lo está el 85 % de la población, «y esto incluye a cirujanos, enfermeras y doctores».
Antes de la guerra había en Gaza más de treinta hospitales en funcionamiento -recordó-, que ahora están inservibles o convertidos en refugios para desplazados, mientras que los pacientes se hacinan en los pasillos o las escaleras.
Puso como ejemplo que en el hospital Nasr del sur de la franja, un solo especialista atiende a cien quemados por los bombardeos, o en lo que queda del Hospital Shifa «cinco o seis médicos y enfermeras» tienen que atender a cientos de pacientes, la mayoría con fracturas.
Y en muchos de los hospitales el cuidado de las víctimas de guerra se lleva a cabo sin electricidad, sin combustible, sin agua y con suministros médicos muy limitados.
En algunas especialidades menos urgentes, algunos médicos -lamentó- pasan el día buscando madera para poder encender un fuego en el que cocinar para sus propias familias.
«Así que es una situación verdaderamente horrorosa en los hospitales, con el reto diario de conseguir convoyes con combustible o suministros básicos para poder continuar prestando algún tipo de cuidado y confort a los que sufren de verdad». EFE
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