Israel niega deliberadamente el agua y el alimento a los habitantes de la Franja de Gaza para utilizar el hambre como un arma bélica en su ofensiva contra el grupo islamista Hamás, lo que constituye un crimen de guerra, denunció este lunes la organización Human Rights Watch (HRW).
«Las fuerzas israelíes están bloqueando deliberadamente el suministro de agua, alimentos y combustible, al tiempo que impiden intencionadamente la asistencia humanitaria, han arrasado aparentemente zonas agrícolas y privan a la población civil de suministros indispensables para su supervivencia», indicó HRW en un comunicado.
Esta política es «impulsada o respaldada por altos funcionarios israelíes y refleja la intención de matar de hambre a los civiles como método de guerra», dijo Omar Shakir, director de la organización para Israel y los territorios palestinos.
«Los líderes mundiales deberían pronunciarse contra este abominable crimen de guerra, que tiene efectos devastadores en la población de Gaza», subrayó.
La organización, con sede en Nueva York, entrevistó a varios residentes de la Franja, que describieron la escasez de agua potable y alimentos: “Estás en una búsqueda constante de las cosas necesarias para sobrevivir”, dijo un padre de dos hijos.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas informó el 14 de diciembre que el 93% de los hogares de desplazados internos tienen un consumo inadecuado de alimentos, mientras que el acceso al agua sigue siendo muy limitado: menos de 2 litros por persona por día, cuando se estima que se necesitan 17 para sobrevivir.
«El derecho internacional humanitario, o las leyes de la guerra, prohíbe hacer pasar hambre a los civiles como método de guerra», recordó HRW, al asegurar que matar de hambre intencionalmente a civiles “privándolos de objetos indispensables para su supervivencia, incluida la obstaculización intencionada de los suministros de socorro” es un crimen.
La guerra estalló el 7 de octubre tras un ataque de Hamás que incluyó el lanzamiento de miles de misiles hacia Israel y la infiltración de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 250 en las poblaciones israelíes cercanas a la Franja.
Desde entonces, Israel a contraatacado por aire, tierra y mar, causando más de 19.000 muertos y 51.000 heridos -la mayoría mujeres y niños- en la Franja, además de 1,9 millones de desplazados, el 85% de la población total, que sobrevive en carpas en pleno invierno y en medio de una profunda crisis humanitaria por el colapso de los hospitales, el brote de epidemias y la escasez de agua potable, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.
Israel, que bloquea la Franja de Gaza desde 2007 por aire, tierra y mar, impuso un corte total de servicios el 9 de octubre, y luego reanudó el suministro de agua a algunas partes del sur de Gaza el 15 de octubre y, a partir del 21 de ese mes, permitió que llegara limitadamente ayuda humanitaria a través de la frontera entre Egipto y el enclave, pero ha resultado insuficiente.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que Israel no permitiría la entrada de asistencia humanitaria a Gaza a través de sus fronteras, pero tras la presión de Estados Unidos, ayer abrió su cruce Kerem Shalom y dejó entrar 79 camiones con ayuda humanitaria a la Franja. EFE
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