María Corina Machado ganó por amplio margen la primaria opositora en Venezuela y, si el régimen por fin confirma calendario electoral, será la candidata unitaria de toda la oposición en las presidenciales de 2024.
Ingeniera industrial, especialista en finanzas por el Instituto de Estudios Superiores de Administración y egresada del programa de líderes mundiales en política públicas de la Universidad de Yale, Machado cuenta con un largo historial en la política de Venezuela.
Su incursión en la materia se dio hace 23 años aunque tardó dos años en darse a conocer de manera masiva. Sus primeros pasos fueron en 2002, cuando cofundó la organización no gubernamental Súmate, que velaba por la transparencia electoral y la participación ciudadana.
Ya desde un primer momento, Machado, de 56 años, dejó en claro su postura antichavista y su determinación a acabar con su corrupción y sus manejos. Así, en 2004 desde Súmate impulsó la recolección de unas cuatro millones de firmas para el referéndum revocatorio contra el entonces presidente Hugo Chávez.
En 2010, con la mayor cantidad de votos cosechados entre los legisladores, fue elegida diputada a la Asamblea Nacional por el estado de Miranda y asumió el cargo un año más tarde.
Luego, en 2012, fundó el partido Vente Venezuela -que aún mantiene- y se postuló como candidata en las elecciones primarias presidenciales que organizó la Mesa de Unidad Democrática -entonces alianza de partidos opositores- aunque su desempeño fue pobre. Quedó en tercer lugar con apenas el 3,81% de los votos, frente a Henrique Capriles, el postulante de Primero Justicia, que ganó con el 64,33%.
Esto, sin embargo, no la detuvo en su lucha contra el chavismo y en reclamo por la restitución del orden democrático en el país, y en febrero de 2014 convocó a una ola de protestas conocida como “La salida”. Esta iniciativa estuvo organizada por el fundador del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, y por Antonio Ledezma, de Alianza al Bravo Pueblo, y cobró tal magnitud que se mantuvo hasta junio de aquel año.
Mientras tenían lugar estas manifestaciones, en marzo, Machado aceptó el cargo de embajadora alterna de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (OEA), desde el cual denunció las atrocidades y las violaciones a los derechos humanos del régimen ante el Consejo Permanente.
Sin embargo, esta decisión le costó su cargo en la Asamblea, acción que el oficialismo justificó con acusaciones de traición a la patria y planes magnicidas que, al día de hoy, siguen sembrando preguntas.
Desde entonces, la líder de Vente Venezuela ha sido objeto de decenas de intentos del régimen chavista de silenciarla y dejarla fuera del tablero político. Por ejemplo, un tribunal le prohibió la salida del país como medida cautelar en tanto se desarrolla la investigación antes mencionada, que ya lleva nueve años.
Tampoco goza de libre circulación al interior del territorio ya que muchas aerolíneas se niegan a dejarla embarcar. Esto quedó expuesto en su reciente campaña, en la que recorrió las calles de diversas ciudades, siempre a bordo de un vehículo.
Además, en los últimos meses, el régimen jugó una carta importante: la inhabilitó para ejercer cargos públicos por 15 años por supuestos errores y omisiones en sus declaraciones juradas de patrimonio. La medida buscó dejarla fuera de la contienda electoral ya que, de resultar la ganadora, no podría competir el año entrante.
Pero Machado no se ha bajado de la campaña; por el contrario, aseguró que seguiría su camino con más fuerza y “hasta el final”. Su propuesta, en caso de llegar al Palacio de Miraflores, incluye un plan de libre mercado, con respaldo a la propiedad privada y al estado de Derecho, lejos de los ideales socialistas que rigen en el país.
También plantea un programa masivo de inversiones mixtas en aspectos como la infraestructura, los bienes públicos y la educación que permitan al país alcanzar una estabilidad fiscal y monetaria, así como un programa de privatizaciones de empresas. Ello incluye a la tan cuestionada estatal petrolera PDVSA.
Por último, se compromete a restablecer las garantías económicas, jurídicas y sociales, y a restaurar el orden democrático completo.
Masiva participación
“¡Venga vieja!”, gritaban seguidores de Machado con una típica expresión de celebración en Venezuela, a medida que terminaba el escrutinio de las mesas de un centro ubicado en un barrio comercial de Caracas. A diferencia del sistema electoral automatizado que rige para los comicios organizados por las autoridades, el escrutinio en la primaria opositora fue manual.
“¡Hasta el final! ¡Viva Venezuela libre!”, celebró Nilsa Correa, de 53 años, usando el eslogan de Machado. “Ella va hasta el final, esa inhabilitación es mentira (…) y vencerá eso”.
La primaria se celebra cinco días después de la firma de un acuerdo dentro de un proceso de negociación entre gobierno y oposición, que fijó las elecciones presidenciales para el segundo semestre del año que viene con observación de la Unión Europea y otros actores internacionales.
Estados Unidos respondió aliviando por seis meses sanciones petroleras contra el país, aunque lo condicionó a que se levanten inhabilitaciones, un tema espinoso en el que el chavismo no quiere ceder.
“Estamos siendo parte de una historia ciudadana y lo que hoy hemos visto es una avalancha ciudadana dentro y fuera de Venezuela”, expresó Machado en una rueda de prensa previa al anuncio de resultados.
La primaria también se realizó en 28 países. (AFP)
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